Para el partido Movimiento Semilla, la democracia va más allá de las instituciones formales y de los rituales periódicos que regulan el sistema político. La democracia es el conjunto de principios y valores de inclusión y participación que permiten el involucramiento real, autónomo y responsable del ciudadano en la toma de decisiones que afectan la vida social y económica del país. Toma forma en instituciones políticas que garantizan y fomentan la inclusión plural y la participación ciudadana en la política, previniendo la captura del Estado por parte de intereses particulares contrarios al bien común.
Para nosotros la democracia es tanto el camino que compromete y condiciona nuestro comportamiento ciudadano, como el destino del orden político que Guatemala necesita. Sin democracia, la República se vuelve tiranía; sin Estado de Derecho, la democracia se convierte en arbitrariedad. Ello también se aplica a las relaciones internacionales, donde favorecemos un sistema basado en la aplicación del derecho público internacional, con el derecho internacional de los derechos humanos a la cabeza, y con la participación de todas las naciones, de manera que se reduzcan los márgenes de acción arbitraria por parte de los países más poderosos.
Luchamos por una democracia republicana y plural en la que las instituciones políticas estén sujetas a la plena vigencia de un Estado de derecho. Luchamos por una democracia fortalecida por mecanismos que permitan la participación responsable y efectiva de la ciudadanía en la toma de decisiones de política pública.
Proponemos un modelo que responda a los intereses de las mayorías expresadas libre y democráticamente, sin vulnerar los derechos fundamentales de las minorías.
Todos, pueblos, géneros y generaciones, están cansados de la debacle del país y de sus exclusiones históricas. Este es un país de gente vibrante y luchadora con una enorme diversidad: obreros, campesinos, artesanos, artistas, estudiantes, burócratas, profesionales, grandes y pequeños empresarios, migrantes, trabajadores formales e informales, entre otros.
Todos ellos constituyen la fuerza política que el país necesita para transformarse. Son parte de lo que para el Movimiento Semilla es la Mayoría Alternativa, esa fuerza ciudadana que constituye una alternativa a las mayorías pasivas y a las formas excluyentes del poder tradicional. Es a la constitución de esa expresión política, partiendo desde las comunidades y los territorios, que el Movimiento Semilla dedicará su esfuerzo político.
La Mayoría Alternativa constituye una gran fuerza ciudadana que se está construyendo: potenciadora de un cambio radical para nuestras sociedades y propiciadora de la transformación del Estado excluyente y discriminador en uno democrático y plural, en el que las necesidades de las personas, individuos y comunidades, estén por encima de intereses económicos y burocráticos particulares.
Es una Mayoría Alternativa que integrada por los sectores más vulnerables y vulnerabilizados, pobres y empobrecidos con los de las clases medias, y que simultáneamente incorpora a todos aquellos que se identifiquen con una expresión política fuerte y unificadora.
Esta democracia participativa necesita un sistema político plural, genuinamente representativo de los distintos sectores políticos y sociales y de los distintos pueblos que conforman a nuestro país. Esta democracia debe ser la base de un nuevo contrato social, base de la visión de país sin la que Guatemala no podrá desarrollarse.
Esto requiere un ejercicio diferente de la política, fundamentada en principios éticos de servicio público y en el ejercicio capaz de la representación política.
Esta democracia necesita partidos políticos que rechacen los arreglos patrimonialistas y clientelares, para ejercer responsablemente la representación de los diversos intereses y perspectivas de nuestra sociedad, tanto a nivel nacional como local.
También se necesitan alcaldías honestas dedicadas a la gestión eficiente del ámbito local, capaces de fomentar la participación ciudadana y articular efectivamente las necesidades y aspiraciones de sus comunidades con las políticas públicas nacionales.
Se requiere un Congreso capaz de articular honrada y efectivamente los diversos intereses sociales en una visión de país plural y representativo, que exprese y defienda los intereses mayoritarios.
Se requiere, asimismo, un Ejecutivo honesto y eficaz, con la capacidad de asumir el mandato emanado de las urnas y ejercerlo en interés del conjunto de la sociedad, sin rendirse ante intereses de sectores particulares que intenten burlar la voluntad popular mediante presiones ilegítimas y corruptas.
Y por supuesto, se requiere de un sistema de administración de justicia probo, independiente, imparcial y eficaz, que consolide la verdadera aplicación de ese Estado de Derecho al que nos referimos constantemente.
El poder municipal, anterior a la fundación de la República de Guatemala, debe estar más cercano al ciudadano, respondiendo a las necesidades de la población que representa.
Necesitamos, en resumen, un sistema político democrático fundamentado en el ejercicio del poder por parte de la Mayoría Alternativa, expresada por la vía de las elecciones, mediada por las instituciones políticas, y sujeta al ordenamiento legal del país.
Con estos propósitos, en el Movimiento Semilla defenderemos la libre emisión del pensamiento y el libre acceso a fuentes alternativas de información como una forma de fomentar una ciudadanía plena, promover la equidad de género, la pluralidad y la tolerancia y el ejercicio crítico y vigilante de la ciudadanía. El pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos contribuirá a construir ciudadanía. Esto incluye el respeto del derecho a la protesta y a la organización como forma de asegurar la más amplia expresión de las diversas fuerzas sociales, políticas y culturales que existen en Guatemala, dentro del marco de la institucionalidad democrática, y con respeto a la pluralidad que caracteriza a nuestro país.
Insistimos que el único soberano no es el Estado sino el Pueblo, por los que los poderes del Estado deberán constantemente consultar y entregar cuentas al legítimo soberano, que es el Pueblo.