Anabella Giracca /
Demasiada insensatez. Las consecuencias de contar con un gobierno con rasgos maquiavélicos, son dignas de analizar. Se entiende por maquiavelismo a la separación de la política de la moral, o sea, una política con independencia de consideraciones éticas, ya que el fin importa más que los medios. Y al parecer, el único fin que el presidente tiene entre ceja y ceja es salir librado de su atolladero y sacar a Iván Velásquez del país, sin importar los medios que utilice.
Y si le sumamos el narcisismo, el cuadro se complica aún más. Ese rasgo de la personalidad que consiste en tener excesivo amor por sí mismo, donde la persona sobreestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación. Sí, hablo de funcionarios que piensan y tratan de forma egocéntrica y anteponen sus intereses sin miramientos.
Poner la política exterior al servicio del presidente no es cualquier cosa. Aislarnos internacionalmente con tal de “quitar el agua al pez” (estrategia que tanto dolor ha causado a nuestra historia), y cercar a Iván Velásquez, nos pone en graves riesgos. Pedir a los gobiernos de Suecia y Venezuela sustituir a sus embajadores acreditados en nuestro país, sobre todo en el caso de Anders Kompass, es más que evidente. El apoyo político y financiero de Suecia a la CICIG, es agradecido por todos los que creemos que sí es posible desmontar las estructuras de terror y corrupción que continúan aferradas, hasta con las uñas, a nuestro Estado. Insólito: como no pudieron sacar al Comisionado del país, ahora pretenden sacar a quienes lo respaldan.
Trasladar nuestra embajada en Israel a Jerusalén, es otra argucia para quedar bien con Trump y dizque conseguir aliados en Washington que ahoguen y desprestigien a la CICIG; o la “estrategia” a través de la Comisión Helsinki, que pretendía congelar los fondos provenientes de Estados Unidos destinados a CICIG…
La numerosa comitiva que lo acompaña a Jerusalén, en medio de un escándalo mundial, no hace más que hacernos ver muy mal como país. No hace más que recordar aquellos tiempos. Corremos el riesgo de sufrir las tristes consecuencias de acciones incongruentes e incumplimientos con tratados y compromisos internacionales. Todo esto nos menoscaba. Nos bloquea.
Sí, un país desatendido, se hunde. La educación sufre crisis más crisis; la salud solo flota; el hambre persiste; asesinatos a líderes campesinos… Pero Narciso se engalana para colgar una medalla de aire en su chaqueta. A costa de todo y de todos.
Columna de opinión tomada de El Periodico
Ver texto original https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/05/16/medalla-de-aire/