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Indicadores. Y, ¿qué me dice de las recientes apariciones del presidente?

Anabella Giracca /

Están pasando cosas de antología, pero aparentemente nada avanza. Como esas lagunas quietas pero que llevan las corrientes en su fondo. Serios ejemplos que pongo a su consideración:

Luego de la tragedia sufrida por la erupción del volcán de Fuego, muchas cosas han ocurrido. La ausencia de las máximas autoridades se hizo notar de una forma que lastimó a la población severamente. Ratificó la idea de que estamos en un desgobierno producto de la incapacidad y la disfuncionalidad. Insólito cómo, a la fecha, el gobierno mantiene una cifra de desaparecidos (332), cuando la población habla de miles. Con sus pies sobre la arena apelmazada, viendo hacia abajo la muerte de sus amados negados. Como si fuera poco, se habla de posible sobrevaloración en compras por Estado de Calamidad. Cada vez más. ¿Y las condiciones en los albergues?

El reciente fallo constitucional que suprime el fragmento de la Ley contra el Femicidio, que prohíbe la reducción de penas, abre la posibilidad para que los responsables por femicidio opten al programa de reducción de penas, y salgan de prisión antes de tiempo. Las conquistas ganadas son burladas. Siempre vamos para atrás.

Las deportaciones subieron un 55 por ciento en el primer semestre. Hasta el 30 de junio, 25 mil 366 personas habían sido deportadas. A esto, claro, se le suman políticas migratorias que hemos visto con oscuro asombro, como separar a los niños de sus padres o encargados. Muchos aún no han sido reunidos. ¡Habrase visto semejante brutalidad! El mundo entero se alertó. Y mientras tanto, la pobreza crece, el hambre crece y cada día somos menos humanos. Nuevamente un gobierno ausente. Incoloro. Insaboro.

Pero lo peor está por venir. Según declaraciones del analista Edgar Gutiérrez, y tras los primeros acercamientos con la Fiscal General, el tsunami se avecina con una serie de oscuras acusaciones que podrían involucrar al presidente y posibles estructuras de su gobierno, en casos de abuso sexual. Si esto resulta confirmado, habremos de vivir los momentos más sombríos de nuestra historia reciente. No veríamos delito más deleznable que el de un mandatario al que el pueblo le dio su confianza, aprovechándose para atestar sus depravaciones. Urge hacer un llamado colectivo para realizar acercamientos que faciliten la seguridad de las víctimas y esclarecer estas graves acusaciones. Una de las más delicadas que haya enfrentado la administración pública. También debemos apoyar a las víctimas para que se apersonen, y exigir que en el Ministerio Público encuentren protección y refugio. Sin revictimizarlas, claro. Respetando su dignidad, claro. Porque merecemos saber la verdad. Porque esto no es cualquier cosa.

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/07/11/indicadores/




Edu canción

Anabella Giracca /

El sistema educativo de Guatemala enfrenta un deterioro preocupante. Como una bola de nieve que va creciendo conforme aparecen tragedias en su camino. Recibe el impacto y su desgaste se acrecienta. Abrir la oportunidad de reorientarla hacia una agenda para el desarrollo humano sostenible, es preciso. El futuro del país está comprometido. Y no es un asunto de guetos, tampoco es un tema de caridad. Es de transformaciones estructurales. Debemos aceptar que urge reorientar las valiosas y solidarias cooperaciones hacia las verdaderas necesidades que enfrenta el sistema. Integralmente.

Como por ejemplo, reincorporar al sistema educativo a los millones de niñas, niños, jóvenes que han quedado fuera. Cada vez hay más ausentes y esto es alarmante para un país hecho de niñez y juventud. Esta medida implica la recuperación de la gratuidad y el rescate de la educación pública. Porque es un derecho, no un favor. El país pide a gritos crear programas para los millones de jóvenes que no estudian ni trabajan. Programas de formación integral y capacitación laboral dirigidos al apoyo del desarrollo individual, familiar y comunitario, así como programas de prevención de la violencia. ¿No cree? También orientar procesos de aprendizaje de calidad en el aula y en la realidad multicultural.

Estos tiempos demandan incorporar los temas relativos a la enseñanza de la Constitución Política, derechos humanos, educación para la paz y memoria histórica, educación integral en sexualidad, educación ambiental, ética en el uso de tecnología, la atención a la población con capacidades diferentes y más. Se sabe de programas muy bien intencionados, claro, pero sin el impacto que el país requiere. Es que esto se trata de privilegiar las inversiones que produzcan efectos positivos. También el Congreso de la República debe aumentar el presupuesto asignado a este sector. Ahora que se inicia con el tema del presupuesto 2019, los diputados deberían de ser francos y reivindicarse. (No basta con el 2.9 por ciento del PIB).

No olvidemos que las acciones en materia educativa deben considerar la composición multicultural y plurilingüe del país, como opción política y derecho de la población para ser próspera afirmando su identidad, así como el enfoque de género que construya relaciones equitativas, y mecanismos para una amplia participación ciudadana.

Hoy más que nunca, se necesita reorientar las agendas del fracaso, que han sido impulsadas por sectores de interés. Lo que el momento actual requiere no es sostener un rumbo equivocado, sino rescatarlo hacia una auténtica reforma. Hacia un pacto nacional que nos involucre a todos en demandas y reivindicaciones que hagan de la educación una canción. Sí, música, armonía. Prosperidad colectiva y humana. (Bueno, eso y mucho más).

 

Referencia. https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/07/04/edu-cancion/




Filgua (no se la pierda)

Anabella Giracca /

Un respiro… Atrapados en este caos que no termina, necesitamos de un espacio vivo, diestro a transportarnos. Limpio. Uno que nos lleve por un viaje cundido de viajes llamados libros. Posiblemente lo imposible. Caricia irreverente. Misterio de lunas llenas. Caminos, sobresaltos, vida. Calma y turbulencia. Sí, vivir lo que no hemos vivido; ser lo que no hemos sido. Hablo de una pequeña ciudad de papel: la Feria del Libro 2018 en su XV presentación.

Nuevamente me encontré con un programa prometedor, ahora con la fascinante visita de Francia como invitado de honor. ¡Cuántas letras que compartir! Preparemos agenda para el viaje menos costoso de nuestra vida, del 12 al 22 de julio.

Desde su origen, Filgua ha sido una plaza en la que conviven la exhibición y venta de libros con actividades culturales dedicadas a la diversión, la educación, la capacitación continua de profesionales del mundo del libro y la promoción de la lectura. Auténtico ejercicio de humanización. Más importante que nunca porque de nosotros, solo de nosotros depende democratizar la cultura.

Según cuenta Raúl Figueroa, presidente de la feria, el esfuerzo consiste en impulsar el mundo de las ideas, de la información, de la promoción del desarrollo nacional de mercado del libro. Del intercambio con 50 académicos de la región. Podremos recorrer 157 stands dedicados a lo más reciente de la producción editorial nacional, centroamericana e internacional. Podremos contemplar el VIII Concurso Interescolar de Lectura; Filgua niños; actividades de formación dirigidas a maestros, estudiantes de magisterio, padres de familia y promotores de lectura. También el III Concurso Nacional de Bibliotecas Públicas para generalizar el acceso a los libros, hasta ahora, tan limitado; talleres, visitas de escolares, encuentro de escritores centroamericanos. Filgua cine con un amplio programa e incluso, Filgua música y presentaciones de novedades editoriales nacionales e internacionales.

Seguro que habrá novedades literarias, formativas y culturales para todas las edades y gustos. Suena bueno, ¿no? ¡Aplaudamos lo bueno!

No sé si usted ha asistido a otras ferias de libro, en distintos países… Pero esta, la nuestra, perfila fantástica. Un chance para caminar sobre el planeta, engullir imaginación, historia, ficción, drama, suspenso, romance y todo aquello que dignifica ese mundo de los pensamientos. Nos pertenece a todos, porque todos tenemos el derecho a ese baño de papel. Y de nosotros depende que así sea.

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/06/27/filgua-no-se-la-pierda-2/




Sobre independencia judicial

De vital trascendencia.

Anabella Giracca /

“Una judicatura de integridad inobjetable es la institución básica y fundamental que garantiza la vigencia de la democracia y la legalidad. Incluso cuando fallan todas las protecciones, un poder judicial de esas características ofrece al público un baluarte contra los atropellos a los derechos y libertades garantizados por la ley”. (Prefacio, “Los Principios de Bangalore sobre la Conducta Judicial”).

Luego de todo lo que hemos vivido; luego de la débil justicia subastada, ultrajada, manipulada, vendida, “encoimada”; luego de saber de tantos jueces vilmente atacados y asediados, claramente debemos comprender que los poderes judiciales en cada sociedad, deben evolucionar hacia la consecución y consolidación de su independencia, no como privilegio de los jueces, sino como derecho de los ciudadanos. Porque sí, es nuestro derecho contar con un sistema de justicia libre, que sea accesible, eficiente y previsible.

La propia Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce como fundamental el principio de que toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial.

Hay que insistir una y otra vez en que la independencia no se trata de un privilegio, sino de una responsabilidad vinculada a las funciones jurisdiccionales. El núcleo central del principio de independencia judicial es la total libertad del juez para conocer de las causas sometidas al tribunal y decidirlas. Debe ser tan libre, que tiene que lograr muchas veces ser libre de sí mismo: jamás cargar una decisión con sus propias convicciones personales. Es decir, debe ser además, imparcial. Pero ningún juez o jueza puede intentar ser imparcial si no cuenta antes con la independencia. Se complementan, sí, pero no puede haber verdadera democracia sin jueces soberanos. Y eso, me parece que nos compete a todos refrendarlo.

La confianza de la sociedad es esencial. Por ende, la percepción pública de la independencia judicial también es fundamental. Romper en nuestro imaginario, tan deteriorado, con la idea de una justicia siempre a merced de fuerzas e intereses provenientes de la oscuridad. Es hora de exigir colectivamente y de apoyar reformas sustanciales que nos garanticen libertad. Es hora de respaldar a jueces y juezas valientes, que no están a la venta.

Después de toda el agua que ha pasado debajo del puente, ¿se da cuenta de que los jueces, a la hora de defender la democracia y el Estado Democrático de Derecho, son funcionarios vitales? (Vital: que da vida).

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/06/20/sobre-independencia-judicial/




Hablemos

Anabella Giracca /

Hablemos de vidas que se pudieron haber salvado. De aldeas enteras. Hablemos del más desolado abandono de Estado. Hablemos de la necesidad de una política que vaya de vuelta al humanismo. Hablemos del llanto de todo un pueblo.

En algún medio internacional se han preguntado si la actitud del gobierno ante la tragedia, es a causa de la indolencia, la incapacidad o la irresponsabilidad. Usted juzgue, porque hablamos de un Estado que se debe a nosotros. Este no es un tema de caridad. Aunque cuando no hay prevención, estrategia ni medidas de abordaje, lo que nos queda es eso, la caridad. Donar ropa, zapatos, comida, agua de la manera más solidaria que se haya visto, cuando esa avasalladora fuerza ciudadana también podría aprovecharse en medidas dirigidas por las instituciones responsables, preventivas, rutas de vigilancia, brigadas de atención continua en las áreas más vulnerables del país. En educación, programas, simulacros, gestión de riesgo. Todos involucrados. Todos unidos al servicio de un plan. Pero solo hay vacío. ¿Cuántos habitan los barrancos, las faldas, los asentamientos, las márgenes de los ríos? Hablemos de la indiferencia. Hablemos del olvido.

Lo cierto es que tantos están ahora pagando las culpas de la ignominia. Una vez más. Por muy duro que parezca, contamos con autoridades sumidas en su pequeño mundo, uno sin ventanas ni puertas.

Que esta lección de elegir a un puesto político a alguien que carece de formación, sea inolvidable. Porque la cosa pública tiene que tener más que imagen. Sin formación, capacidad y virtud de ser político para conducir a un pueblo, una persona está imposibilitada para hacerle frente a los grandes desafíos que enfrentamos. Se esconde en el efecto avestruz.

Pero lo peor de todo es que la imposibilidad de gobernar se extiende a las demás instituciones. Es una plaga. Esta misma falta de responsabilidad política se refleja en las personas designadas para ocupar otros puestos, sin dirección. Sin visión política del ámbito que les toca abordar. Y encima de todo, lo confiesan (Ministro de Ambiente confiesa no saber de ambiente). ¿Se dejaría usted operar por alguien que no tiene ni idea de medicina?

Ante nuestra vulnerabilidad ambiental, la estrategia es clave. Obligatoria. La prevención es imperativa. Imperdonable no contar con maneras de protección y reacción inmediata. Es que…, ¡nadie sabía qué hacer! ¡No sabían hacia dónde escapar del horror!

Hablemos de humanismo. Hablemos de lo que pudo evitarse. Compartamos el dolor y, sobre todo, la más profunda indignación.

 

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/06/13/hablemos/




Niñez al margen

¿Indignación como ira, o como vergüenza? 

Anabella Giracca /

Para acercarse a la posibilidad de un crecimiento integral y sostenible, una sociedad debe al menos comprometerse con su niñez. Pasa por un deber planetario que hoy ve en ella un valor merecedor de la más alta dedicación. Esto representa un ejercicio social capaz de desmontar la estigmatización y los prejuicios. En pocas palabras, rescatar nuestra humanidad. Acá no se trata de masificarnos todos bajo un mismo molde, sino de democratizarnos. Y para ello no hay forma más franca que amarrar nuestro abrazo y empezar a pensar en los niños. Pero al parecer, estamos en la era del hielo cuando de nuevo nos enfrentamos a cifras desgarradoras que no pueden, no deben bajo ninguna circunstancia, pasar desapercibidas. ¿Cómo puede ser posible que aquí los niños pierdan su infancia?

Un informe reciente de Save the Children generó este titular: ¿El peor país para ser niño?(Prensa Libre, 2/6/2018). Son tres los índices o aspectos sociales en los que se enfocó el estudio. Y Guatemala genera cifras alarmantes en materia de explotación laboral infantil, exclusión educativa y matrimonios infantiles. Por ejemplo, tan solo en el primer trimestre de este año se reportaron 325 embarazos de niñas menores de 14 años. En cuanto a escolaridad se refiere, al menos uno de cada cuatro niños no asiste a la escuela. Pero según un experto entrevistado en este tema, Leonel Dubón, 4.2 millones de niños están fuera del sistema educativo. Si además de esos tres factores tomamos otros indicadores, se entiende por qué aquel lastimero titular ofrece básicamente una respuesta con su propia pregunta. La impunidad en temas de niñez está por arriba del 94 por ciento. Casi la mitad de todos los niños guatemaltecos menores de cinco años sufre desnutrición crónica; 30 por ciento es la tasa de mortalidad infantil; ¡126 niños han muerto por estrangulación, decapitación, balas o arma blanca hasta marzo de 2018! ¿Cómo puede calificarse una sociedad en donde se decapitan o se estrangulan a sus niños? Un Estado democrático está obligado a proteger a su niñez, a garantizar medidas de largo alcance de prevención, educación, salud. Servicios básicos capaces de garantizar la equidad, porque jamás olvidemos que un Estado que discrimina a través de su atención desigual, está condenado al fracaso. Hoy, los niños pagan con su vida la crueldad sistemática de un Estado que abandona. Un Estado racista que permite que sean los niños indígenas quienes viven peor. Y esa tragedia sostenida, nos tiene que indignar. ¡Mucho!

 

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/06/06/ninez-al-margen/




¡Ah muerte tan silenciosa!

Es un tema de conciencia.

Anabella Giracca /

Recordar la muerte inclemente y feroz que ha sufrido la población guatemalteca es acertado. Es necesario, aunque a algunos les moleste. Recordar y recordar. Aprender del pasado. Jamás repetir. Pero acá hemos gastado mucho odio y energía en ocultar y hasta minimizar la historia perversa que nos demarca. Hemos sido víctimas del silencio. “Ah muerte tan silenciosa, déjame vivir un día”. Muerte que asecha y que se esconde detrás de tanto espejo roto.

Berlín, por ejemplo, recuerda su historia en cada esquina. Museos, monumentos afloran de las calles, contando a gritos las millones de vidas sacrificadas por el odio, el racismo, la guerra. Los niños aprenden de su pasado sin miramientos; les enseñan a desarrollar pensamiento crítico; a “historizar” los hechos para sobrevivir en un mundo que, de muchas maneras, aún insiste en el racismo y la muerte. Si no me cree, basta con revisar noticias. Deleznable lo que ocurre en las fronteras del Norte a causa del racismo y la xenofobia. La migrante indígena guatemalteca, Claudia Patricia Gómez, fue asesinada en Laredo, Texas, por una patrulla fronteriza. ¿Hay que olvidar? ¡Jamás!

Aunque parezca verdad de Perogrullo, el sistema educativo no se reduce a sus asuntos administrativos o de enseñanza. También está hecho para recordar, para formar identidad y pensamiento colectivo.

El caso Molina Theissen se volvió ejemplar. Paradigmático. Por las décadas de lucha de esas mujeres valientes que alcanzaron no solo hacer justicia, sino abrir de nuevo los ojos de una población dormida.

El tribunal ordenó recordar. Prohibió olvidar. Como parte de las medidas de reparación hacia la familia, distintas instituciones deberán crear documentales, edificar monumentos e implementar acciones para recordar los crímenes cometidos en contra de los hermanos Theissen que, a su vez, son reflejo de miles y miles más…, de pueblos enteros. También se ordenó que el Mineduc produzca textos educativos que recuerden la desaparición forzada durante el conflicto armado interno. ¡Bravo!

Apostar por la transformación del conocimiento es la clave. Comprometernos con una historia común y estar convencidos de la posibilidad de cambio. Recordar para no repetir. Esclarecer. Velar por la lealtad al sistema democrático y al imperio de la ley. Convivencia y proyecto compartido: reconocer la verdad que, con sus múltiples hilos, nos une. Es un tema de conciencia, de valores éticos y públicos que nos permitirían vivir y crecer en sociedad. En paz.

Ni una Claudia Patricia, ni una Emma Guadalupe, ni un Marco Antonio más. ¡No más!

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/05/30/ah-muerte-tan-silenciosa/




Non grato. Pedir disculpas.

Anabella Giracca/

 

La amenaza, apoyada por la Cancillería, de declarar non gratos a dos embajadores, en caso no obedezcan los respectivos Estados “sus deseos” de retirarlos como representantes diplomáticos, está generando más material para incrementar el desgaste irreversible del presidente y su gobierno.

Expertos han opinado ya sobre la torpeza de esta decisión. Han evaluado que si tanta animadversión siente el Presidente por esas personas, podría haber tomado rutas más pertinentes, pero con la potencial consecuencia de constituirse en una antesala al rompimiento de relaciones diplomáticas.

Lo que hay que resaltar, es que la declaratoria de una persona como no grata, bajo la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, es algo muy serio. Ciertamente, el Artículo 9 de dicha Convención, permite que “en cualquier momento, y sin tener que explicar su decisión”, un Estado puede declarar non grata a cualquier persona de un cuerpo diplomático.

En primerísimo lugar, la facultad de declarar a alguien con tan grave calificación, no es una prerrogativa de un funcionario en particular, sea este el Presidente o el Canciller de una nación.

Es salvaguarda de un Estado, que puede ser utilizada inclusive, en los casos más graves, como antesala de una declaratoria de guerra. Basta revisar las crónicas en esta materia.

Siempre, una declaratoria de esta gravedad, señala una tensión diplomática entre los Estados en cuestión. Por lo tanto, aunque no deba o tenga que explicarse las razones para declarar a un funcionario diplomático como no bienvenido, eso no quiere decir que no tenga que existir una legítima y verdadera motivación. Una de Estado y no personal. Como mínimo, el mandatario sí debe estar preparado para podérselo razonar y justificar a su propio pueblo.

De ninguna manera, entonces, la libertad de calificar a alguien como non grato, puede ser entendida como un acto arbitrario o irracional. Como se menciona, debe estar apoyada en legítimas motivaciones de Estado, y no en consideraciones personales de un mandatario de turno. ¿Qué nos queda como ciudadanos si estamos en manos de berrinches y rabietas?

No necesitamos más vergüenzas en nuestra conducta en el concierto de naciones. Un acto de humildad siempre es bueno: pedir disculpas y retirar de agenda semejantes actitudes, nos daría mucho más prestancia como Nación, que continuar por el derrotero emprendido.

Se les olvida que no son dueños, que se deben al pueblo y que están obligados a explicar sus acciones. Y ahora, ¿no quieren informar sobre el suntuoso viaje oficial a Israel? ¡Esto ya no tiene nombre!

 

Columna de opinión tomada de El Periodico
Ver texto origina: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/05/23/non-grato/




Audio de programa de radio

Programa de radio
Tema: Educación
Ponente: Anabella Giracca
Medio: Radio Nuevo Mundo
Fecha: 15 de mayo de 2018

 




Medalla de aire. Maquiavelismo más narcisismo es cosa seria.

Anabella Giracca /

Demasiada insensatez. Las consecuencias de contar con un gobierno con rasgos maquiavélicos, son dignas de analizar. Se entiende por maquiavelismo a la separación de la política de la moral, o sea, una política con independencia de consideraciones éticas, ya que el fin importa más que los medios. Y al parecer, el único fin que el presidente tiene entre ceja y ceja es salir librado de su atolladero y sacar a Iván Velásquez del país, sin importar los medios que utilice.

Y si le sumamos el narcisismo, el cuadro se complica aún más. Ese rasgo de la personalidad que consiste en tener excesivo amor por sí mismo, donde la persona sobreestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación. Sí, hablo de funcionarios que piensan y tratan de forma egocéntrica y anteponen sus intereses sin miramientos.

Poner la política exterior al servicio del presidente no es cualquier cosa. Aislarnos internacionalmente con tal de “quitar el agua al pez” (estrategia que tanto dolor ha causado a nuestra historia), y cercar a Iván Velásquez, nos pone en graves riesgos. Pedir a los gobiernos de Suecia y Venezuela sustituir a sus embajadores acreditados en nuestro país, sobre todo en el caso de Anders Kompass, es más que evidente. El apoyo político y financiero de Suecia a la CICIG, es agradecido por todos los que creemos que sí es posible desmontar las estructuras de terror y corrupción que continúan aferradas, hasta con las uñas, a nuestro Estado. Insólito: como no pudieron sacar al Comisionado del país, ahora pretenden sacar a quienes lo respaldan.

Trasladar nuestra embajada en Israel a Jerusalén, es otra argucia para quedar bien con Trump y dizque conseguir aliados en Washington que ahoguen y desprestigien a la CICIG; o la “estrategia” a través de la Comisión Helsinki, que pretendía congelar los fondos provenientes de Estados Unidos destinados a CICIG…

La numerosa comitiva que lo acompaña a Jerusalén, en medio de un escándalo mundial, no hace más que hacernos ver muy mal como país. No hace más que recordar aquellos tiempos. Corremos el riesgo de sufrir las tristes consecuencias de acciones incongruentes e incumplimientos con tratados y compromisos internacionales. Todo esto nos menoscaba. Nos bloquea.

Sí, un país desatendido, se hunde. La educación sufre crisis más crisis; la salud solo flota; el hambre persiste; asesinatos a líderes campesinos… Pero Narciso se engalana para colgar una medalla de aire en su chaqueta. A costa de todo y de todos.

 

Columna de opinión tomada de El Periodico
Ver texto original https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/05/16/medalla-de-aire/