1

CICIG

Anabella Giracca (*)

Infinitamente gracias.

Llámenle terremoto, tsunami, tornado o hecatombe. Cualquier símil empleado es válido ante los hechos que acontecen por estos meses borrascosos. Muchos disfrazados. Enmascarados.

Hablo de la cooptación como el marco que encuadra nuestra realidad. O sea, de un Estado que ha sido capturado sistemáticamente por organizaciones criminales con el fin de apropiarse del poder y dragar recursos. Socavando la autoridad de los gobiernos, haciendo uso de los servicios de inteligencia y valiéndose de su amplio conocimiento de las grietas que sufren la seguridad pública y la jurídica, para ganar dinero y garantizar impunidad.

Los esfuerzos sustantivos canalizados en una ola de amenazas y campañas de desinformación a manera de publicidades baratas, surtieron efecto porque, al parecer, tocar a los “intocables” está prohibido por nuestra historia. Porque por primera vez ese monstruo de larga vida, se sentía acorralado.

Y todo se fue transformando en redes político-económicas extendidas en gran parte del territorio (no olvidar alcaldías). Los casos no han sido estáticos, crecieron, se fueron moldeando con las necesidades del tiempo. Cierta modalidad donde muchos partidos ensamblan con una estructura más permanente. O sea, se incrustaron en el corazón de la política.

Cada sector del Ejecutivo se consigna como un feudo, como una granja a administrar. ¿Y qué decir del Legislativo? Donde todo es objeto de negociación en términos económicos. A la par de esa terrorífica captura de lo estatal, hay acciones que también tienen que ver con el poder Judicial. Con el fin de asegurarse protección. O sea que estos tentáculos oscuros, se extendieron a todas las ramas del poder público. ¿Hasta leyes en venta?

Lo cierto es que resulta difícil darnos cuenta de la magnitud del fenómeno. De su gravedad. Porque se lucha contra la paralización del Estado, “un monstruo grande y pisa fuerte”. Quienes han trabajado arduamente en desenredar tanto nudo, quedaron fuera. Eso a pesar de la conciencia popular que, en su mayoría, apoyaba su trabajo. Pero este dejó de ser un tema de sociedad, de ciudadanía, para convertirse en venganzas personales (aló presidente). Cerraron filas a la vieja usanza y expulsaron a la CICIG. Las campañas negras se reprodujeron como parte de la estrategia oscura, el morbo y el circo, hasta abandonar este proceso único, y entregarnos de nuevo en los arrullos de la impunidad, la corrupción y la ignominia.

La CICIG se va. Sus muy exitosos esfuerzos fueron grandes y fructíferos, pero hoy estancados por la vara de aquellos que sistemáticamente han sido amos de este golpeado mapa.

Dicen que somos más lo que dejamos de hacer que lo que hacemos. Que nos marca más lo que fue posible pero nunca fue real. Este gobierno, lo único que hizo, fue truncar lo que pudo ser hasta el final.

Gracias CICIG. Infinitamente gracias.

(*) Escritora, ha publicado Demasiados secretos (2009), Sanjuana (2012), El enigma del santuario (2013) y Gitana mía (2014), Para servirle (2018). Es cofundadora del Movimiento Semilla.
Nota: Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva de la autora y no del Partido.. Esta opinión fue publicada originalmente en El Periódico Guatemala



Yo me expreso, tú te expresas “Él o ella se expresa…”

Anabella Giracca / 

La libertad de expresarnos es, sin duda, uno de los baluartes democráticos más significativos. Existe una importante tendencia en tribunales de Estados de las Américas, de avanzar hacia una vigorosa protección del derecho a la libertad de pensamiento y expresión de las personas para dar pasos decisivos hacia la consolidación y preservación de sistemas democráticos pluralistas y deliberativos.

Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.

La libertad de expresión no solo es un derecho derivado de la autonomía humana, sino de su valor instrumental para el ejercicio de los demás derechos fundamentales y de su función esencial dentro de los regímenes democráticos. “Son componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa.” Carta Democrática Interamericana, Artículo 4.

Interesante cómo la jurisprudencia interamericana ha explicado que la libertad de expresión es un medio para el intercambio de informaciones e ideas entre las personas y para la comunicación masiva entre los seres humanos. Se ha precisado que, para el ciudadano común, es tan importante el conocimiento de la opinión ajena o la información de que disponen otras personas, como el derecho a difundir las propias creencias o informaciones.

Pero no todo es color de rosa: la libertad de expresión es derecho de derechos, pero para que no nos la limiten, la tenemos que cuidar. Y una de las mejores formas de hacerlo es ejercerla con responsabilidad. En tiempos de medios digitales, este reto se hace aun más grande, ya que la mayoría tiene acceso a emitir opinión (aún tomando en cuenta las enormes brechas que enfrentamos). Ante esa facilidad, existe una seria amenaza: la regulación restrictiva del uso de los medios en Internet. Ya sea por razones políticas, religiosas, moralistas, etcétera, se corre el peligro de provocar la restricción del acceso a la red y sancionar a los intermediarios que permitan opiniones ofensivas o inclusive, chocantes. Esta gran tentación antidemocrática, es el riesgo enorme de una infundada limitación a la circulación del discurso. Entonces mucho ojo con quienes confunden el propósito y alcances de la emisión del pensamiento, con la propagación de falsedades. Interesante debate, ¿no?

De usar correctamente la libertad, depende que ese derecho de derechos se mantenga vigoroso. Y de evitar que el Congreso pretenda amputarlo. (¿Aló caso Marduk?).

ref: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/10/10/yo-me-expreso-tu-te-expresas/




La manada ¿A dónde va Vicente?.

Anabella Giracca / 

Múltiples investigaciones ponen en evidencia que muchos seres humanos buscan pertenecer a un grupo. ¿Falso consenso o instinto de manada? Como que resulta mucho más cómodo ser vagón.

Cuando el sistema educativo es deficiente y carente de calidad; cuando no se desarrolla pensamiento crítico; cuando no se aprende a “historizar” los hechos, es mucho más “seguro” imitar al vecino. No pensar, no definir, no sentir, no investigar, no perder el tiempo en lecturas “innecesarias”.

Entonces los estereotipos se afianzan, porque se repite lo que dicen los demás y sin pensarlo. Eso genera sentido de “pertenencia”. Falsa sensación de aceptación y de identidad. Además, con el afán de homogeneización que existe por estos rumbos; con esa obsesión de poner todos los relojes a la misma hora, se considera un riesgo sacar la cabeza para opinar diferente. “¡Cuidado!”, es mejor permanecer en silencio, a flote y asentir a lo que dice la mayoría. De otra forma, le llaman sedición. Además, existen perversos dedicados a sembrar mentiras en el imaginario hasta que, de tanto repetirlas paran pareciendo verdad. Manejan lo verosímil y no lo verdadero; la manipulación; los intereses personales; la apariencia y no la realidad. Y muchos repiten…

Vaya fenómeno que nos tiene de rodillas. El miedo, la inseguridad, la amenaza. Silencio. Un ejemplo simple: se ha preguntado a supuestos “representantes” de diversos sectores, por qué se oponen a la CICIG. En la mayoría de los casos (pena ajena), no hay criterios, ni análisis, ni pensamiento crítico de por medio. Solo existe la intención de seguir al rebaño, aunque los lleve directo al despeñadero. La misma cantaleta. Que si la soberanía, que si Iván atenta contra la seguridad nacional, que si no han logrado nada. De ahí no pasan.

O sea que muchos deciden concordar con la opinión de su gremio aun sabiendo que dan una respuesta equivocada, se arriesgan con tal de quedar bien con su pequeña tropa. Esto puede parecer anecdótico o irrelevante, pero lo que reflejan estudios es que la mayoría acepta algo obviamente erróneo, simplemente porque lo dice su grupo. Renuncian a su propia opinión, a su capacidad personal de raciocinio, supeditándose a la opinión errónea de la mayoría. Evidentemente, son mecanismos ineficientes, un desperdicio de recursos intelectuales y un síntoma antievolutivo.

El reto está básicamente en la emancipación mental; en ver la realidad despojándonos de esas ficciones abstractas que pululan en el ambiente. Es simple, ver con nuestros propios ojos, investigar, informarnos. Con argumentos y criterios serios: ¿realmente cree que la CICIG no ha logrado nada? ¿Realmente cree que atenta contra nuestra soberanía? ¿Realmente cree que Iván Velásquez atenta contra la seguridad nacional? ¿Realmente?

 

ref: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/09/26/la-manada/




Sobre religión y política

Anabella Giracca / 

Cantando el himno nacional a todo pulmón; participando en un concurso de poesía… O haciendo el acróstico P A T R I A L I B R E, no se consigue país (menos vistiendo de “típico” a los patojos).

Hoy celebramos la independencia sin independencia, sin libertad, sin emancipación. Sesenta por ciento de pobreza en el silencio. Miles de deportados, en el silencio. Sequía y hambruna, en el silencio. ¿Está la “soberanía” en peligro a causa de la CICIG? (risa). ¿Es deshaciéndose de Iván Velásquez como nos independizamos? (risa). ¿Es la lucha personal de algunos por sobrevivir a su propia guerra la que marca nuestros tiempos? Se olvidaron de la patria, la dejaron regada por ahí. Delincuentes con bandera nacional quemándose en su pecho. Inventando historias. Sembrando miedo. Tiempos de incertidumbre, de latente represión
y dictadura. ¿Independencia? ¡No me diga!

En terrenos baldíos, colonias y caseríos retumban los tambores, platos, trompetas y algún triangulo extraviado. Batonistas satinadas. Bum, bum. Jóvenes que no han logrado sin choque sangriento colocar a la patria en un trono de amor. ¿Militares patrullando sombras? ¿Independencia? (risa).

Pero bueno, ante esta debacle, mejor un regalo a su nombre inmortal: 15 poemas de Humberto Ak’abal:

  1. Las hojas de los árboles tiñen la voz. / Por eso el canto de los pájaros es verde. 2. Estos versos tristes / vagan solos en esta página, / ella no está / y yo estoy ausente. 3. Quisiera dejarte mi corazón así como está: roto / con el sueño de que talvez la grieta pudiera servirte de: puerta. 4. Tu desnudez se vistió de río, / saliste limpia, / y el agua se quedó morena. 5. Olvido, esta es una palabra bella que no sirve para nada. 6. El corazón me hace bulto en la espalda / de tanto suspiro. 7. Yo no hablo solo, / platico con las palabras que has dejado en el patio de la casa. 8. Si no fuera por el sol, / los pobres hace tiempo que hubieran muerto de frío. / De hambre se muere poco a poco. 9. No es que las piedras sean mudas: solo guardan silencio. 10. Las veredas de mi pueblo se le enredan a uno entre los pies. 11. La luna busca algún agujero en las casas de adobes, / entra / y se sienta en el suelo. 12. Venados, conejos, quetzales, palomas, bejucos, flores y arbolitos. / Ponchos de pura lana de chivo. / Tejidos momostecos / soñar envueltos en ellos es como si te durmieras en el monte.
  2. La justicia no habla en lenguas mayas, / la justicia no desciende a los pobres, / la justicia no usa caites, / la justicia no camina descalza por caminos de tierra.
    14. A nosotros los indios nos ha hecho famosos el odio de los imbéciles. 15. Esa historia no la cuento; / la lloro.

PD: ¿Independencia? Si queda alguna, se viste con la voz de los pueblos que hoy alzan su demanda con valor. Con ánima fiera.

ref: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/09/19/sobre-religion-y-politica/




¿Tu nombre inmortal? Esa luz redonda es un hoyo lleno de luna.

Anabella Giracca

 

Cantando el himno nacional a todo pulmón; participando en un concurso de poesía… O haciendo el acróstico P A T R I A L I B R E, no se consigue país (menos vistiendo de “típico” a los patojos).

Hoy celebramos la independencia sin independencia, sin libertad, sin emancipación. Sesenta por ciento de pobreza en el silencio. Miles de deportados, en el silencio. Sequía y hambruna, en el silencio. ¿Está la “soberanía” en peligro a causa de la CICIG? (risa). ¿Es deshaciéndose de Iván Velásquez como nos independizamos? (risa). ¿Es la lucha personal de algunos por sobrevivir a su propia guerra la que marca nuestros tiempos? Se olvidaron de la patria, la dejaron regada por ahí. Delincuentes con bandera nacional quemándose en su pecho. Inventando historias. Sembrando miedo. Tiempos de incertidumbre, de latente represión
y dictadura. ¿Independencia? ¡No me diga!

En terrenos baldíos, colonias y caseríos retumban los tambores, platos, trompetas y algún triangulo extraviado. Batonistas satinadas. Bum, bum. Jóvenes que no han logrado sin choque sangriento colocar a la patria en un trono de amor. ¿Militares patrullando sombras? ¿Independencia? (risa).

Pero bueno, ante esta debacle, mejor un regalo a su nombre inmortal: 15 poemas de Humberto Ak’abal:

  1. Las hojas de los árboles tiñen la voz. / Por eso el canto de los pájaros es verde. 2. Estos versos tristes / vagan solos en esta página, / ella no está / y yo estoy ausente. 3. Quisiera dejarte mi corazón así como está: roto / con el sueño de que talvez la grieta pudiera servirte de: puerta. 4. Tu desnudez se vistió de río, / saliste limpia, / y el agua se quedó morena. 5. Olvido, esta es una palabra bella que no sirve para nada. 6. El corazón me hace bulto en la espalda / de tanto suspiro. 7. Yo no hablo solo, / platico con las palabras que has dejado en el patio de la casa. 8. Si no fuera por el sol, / los pobres hace tiempo que hubieran muerto de frío. / De hambre se muere poco a poco. 9. No es que las piedras sean mudas: solo guardan silencio. 10. Las veredas de mi pueblo se le enredan a uno entre los pies. 11. La luna busca algún agujero en las casas de adobes, / entra / y se sienta en el suelo. 12. Venados, conejos, quetzales, palomas, bejucos, flores y arbolitos. / Ponchos de pura lana de chivo. / Tejidos momostecos / soñar envueltos en ellos es como si te durmieras en el monte.
  2. La justicia no habla en lenguas mayas, / la justicia no desciende a los pobres, / la justicia no usa caites, / la justicia no camina descalza por caminos de tierra.
    14. A nosotros los indios nos ha hecho famosos el odio de los imbéciles. 15. Esa historia no la cuento; / la lloro.

PD: ¿Independencia? Si queda alguna, se viste con la voz de los pueblos que hoy alzan su demanda con valor. Con ánima fiera.

ref: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/09/12/tu-nombre-inmortal/

 




Invisibles “A costas del porvenir”

Anabella Giracca / 

La invisibilización es una de las máscaras que utiliza la más aguda discriminación para esconder la verdad. Subterfugios que opacan imágenes hasta desaparecerlas del imaginario. Escondites donde se callan voces y se anulan conciencias. Efectivamente la invisibilización es el mecanismo más barato para ocultar realidades que duelen. Para evadir responsabilidades donde las instituciones se repliegan de su compromiso (el analfabeta es analfabeta porque quiere; los pobres son responsables de su pobreza; los jóvenes son culpables de su rebeldía…). Generalmente quienes están nombrados para administrar el Estado, se lavan las manos, voltean la cara para satisfacer sus propias y espurias biografías personales. Para garantizar sus propios futuros a costas del porvenir de todo un pueblo.

La invisibilización impide recoger en estampas la vida habitual; esconde lo cotidiano y, en definitiva, impide narrar la verdadera historia nacional. O sea obstaculiza la posibilidad de desatar los nudos del futuro.

La invisibilización no permite penetrar en las venas de la sociedad. Los fenómenos no se ven claramente. Evita respuestas concretas a las necesidades concretas de la población.

La invisibilización activa los dispositivos simbólicos de la maquinaria simbólica: se resalta el retorno de lo “bárbaro”. Se construye desde la política del miedo: el migrante, el joven, el indígena, entre otros. O sea, se ve al “otro” como una amenaza. Sí, muchas veces se intensifica la criminalización de colectivos sociales. ¿Por? Simplemente porque, en parte, son los colectivos los que visibilizan las lágrimas de la realidad.

La invisibilización activa el temor al disenso: favorece sistemas políticos bajo los principios de la homogenización o asimilación solapada. (Prohibido hablar con alguien que piense diferente).

Pues el reto actual consiste en visibilizar de nuevo la realidad. Retornar a los rostros. Ver frente a frente ese aterrador y apocalíptico 46 por ciento de desnutrición crónica infantil, para empezar. Quizá sea preciso recordar que solo haciéndole frente a las circunstancias le daremos un semblante a las promesas de futuro (en realidad siempre llegamos tarde al futuro). Tenemos la responsabilidad de pensarlo para las generaciones que nos siguen y que están en condiciones de alcanzarlo a tiempo. Exigir con fuerza el retorno a los hechos, al trazo exacto de esta realidad que tanto está doliendo. Porque está claro que seguir ignorándola es una aberración.

Nos corresponde hallar una salida al círculo vicioso de los rencores. Visibilizar sí, dibujar de nuevo las necesidades para atenderlas con urgencia. Solo así haremos sociedad, solo activando de nuevo los sentidos para entender que nos estamos hundiendo de verdad. (Actuemos).

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/08/29/invisibles/

 

 




Cambio de piel “En nuestros huesos habita el rocío”.

Anabella Giracca

Acontecimientos ponen nuevamente en evidencia la urgente necesidad de rescatar el diálogo y la cultura de paz, ¿no es lo que todos queremos? Es hora de cambiar de piel, como esas serpientes en que la muda es un periodo de renovación y señal de crecimiento…, como desprenderse de una camisa vieja.

Es hora de cambiar de zapatos. De sustituir el descrédito por el reconocimiento; el ataque por la pregunta; el conflicto por la conciliación; la inmediatez por el futuro; la homogenización por la diversidad; la descalificación por la razón; la ignorancia por el pensamiento crítico; el discurso del odio por el discurso de la fraternidad. Es hora de mudar, porque tan exacerbadas confrontaciones nos sumergen hasta el ahogo. Sí, sustituyamos esta arraigada cultura de división por una de conexión. Porque en nuestros huesos habita el rocío, la historia que nos compete redireccionar.

Efectivamente una cultura de paz no abusa de sus herramientas tan brutalmente (redes por ejemplo), no ultraja las palabras. Se abre a un mundo donde las oposiciones se tornan en debates constructivos y hasta educativos. ¿No es lo que todos queremos?

Pero lo que ahora existe es descalificación feroz, pantano, sin nociones que respalden, sin propuestas ni puertas ni ventanas. Ni tan solo ápices pequeños de luz. Solo cascadas de odio que incitan a la penumbra y al oscurantismo.

En una cultura de paz no se valen descalificaciones que caen en la discriminación y fomentan el racismo. No se repiten mentiras que terminan pareciendo verdades. No se distrae a la opinión pública de los asuntos verdaderamente importantes (aló desnutrición, violencia, desempleo). Una cultura de paz no manipula ni ultraja; no vende ni subasta identidades; no hace uso y abuso de todo un pueblo para enredar. Una cultura de paz construye sobre la confianza, porque es colectiva y no personalista. Fomenta lo verdadero a cambio de lo verosímil. No hace más que ver la diversidad como un valor y un derecho. ¿No es eso lo que queremos?

Y es que basta con abrirse al cosmos de la cibernética para entender que estamos perdidos. Se repiten descréditos, se insisten insultos y, sobre todo, se invisibilizan mucho las ideas.

Iniciemos por fomentar miradas y “desfomentar”  autoritarismos y prepotencias. Pero ojo, que gracias a esas actitudes de dominio y de paternalismo, estamos atados, amordazados de palabra. Estamos trenzados a una política perversa. ¡Sí!, la hora de la muda no debe esperar más. Poner las palabras sobre la mesa, repletas de contenidos diversos, puede ser un buen principio. Tomar decisiones colectivas: un compromiso unido. Como una forma de convivencia social en la que seamos libres e iguales para opinar. (A eso se le llama democracia, por cierto).

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/08/22/cambio-de-piel/




Lo que dijo la gente. “Burdo acarreo de ministros”

Anabella Giracca /

Y es que la reunión semanal que sostienen los ministros con el Presidente fue a parar a la banca de la Corte de Constitucionalidad durante la audiencia pública por el caso relacionado con la queja contra el embajador de Suecia, Anders Kompass.

Los múltiples comentarios que tan desatinada acción generó en medios, redes y calles, son buen parámetro para medir la opinión pública, que no es cualquier cosa. Traslado textualmente algunos de los más recurrentes (omito comillas para facilitar lectura):

*La presidencia se excede en sus funciones. *El gobierno argumenta injerencia de la CC, sin darse cuenta de que cae en una injerencia política debilitando la independencia de poderes. *¿Cuáles serán las verdaderas motivaciones de la diplomacia guatemalteca? ¿Defender los intereses personales del presidente?

*Se debilita todavía más la imagen del presidente. A su vez la de todos sus ministros que hicieron un papelón. Jamás debieron subirse a ese bus.

*La necedad de expulsar a Anders Kompass está orientada a debilitar la lucha contra la corrupción.

*Este fue un burdo acarreo de ministros. *Los ministros deberían de tener un criterio propio, ahora varios deben estar bien arrepentidos porque perdieron credibilidad y autonomía. *La independencia de los jueces, coloquialmente hablando, es una de las cuatro patas de una mesa. Pero si alguien quiere decir que hay mesas de tres patas, o de dos, pues bueno, digámoslo de otra forma: sin independencia judicial no hay posibilidad alguna de alcanzar un Estado de Derecho que signifique lo que significa.

*Los ministros son el elemento sustancial en el ejercicio de la función pública. Pueden decidir no participar y no respaldar acciones irracionales.

*Estas acciones no hacen más que demostrar la absolutización de su guerra, de su conflicto personal (del presidente). Como los suecos han apoyado la lucha contra la impunidad, ahora se convierten en enemigos y adversarios personales del presidente. *Perseguir a quienes apoyan la lucha contra la corrupción se convirtió en la principal acción de su gobierno. *El presidente está obsesionado con enfrentar a todos aquellos que dan la lucha contra la impunidad.

*Lamentable ver a los ministros doblegados. *Habían unos cuantos que todavía merecían respeto, pero con esto perdieron ellos y perdimos todos. Es evidente el mensaje político equivocado. *Eso de andar perdiendo el tiempo en respaldar los intereses personales del presidente debería de ser sancionado. *Esto me huele a cortina de humo.

*Estado de papel, Estado aparente, Estado ficticio, o peor aún, Estado fallido, es lo que se tiene cuando su ciudadanía, y peor aún, sus gobernantes, no creen que la independencia de un juez o un magistrado es vital.

Es lo que dijo la gente.

https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/08/15/lo-que-dijo-la-gente/




DERECHOS “La injusticia, en cualquier parte, es una amenaza a la justicia en todas partes”. (M. L. King).

Anabella Giracca /

Durante este año han muerto a causa de hechos contra el transporte público, 27 usuarios, 16 pilotos y 13 ayudantes.

Según datos de la PNC, han sido removidos decenas de agentes y han dado de baja a 80 elementos recientemente. Varios coinciden en que la destitución de personal especializado podría afectar los resultados en seguridad ciudadana.

A diario aparecen cadáveres con signos de tortura, laceración y brutalidad. Ataques armados, balas perdidas, extorsiones, familias completas amenazadas y hasta ultimadas. Agresiones frente a escuelas; en plenas avenidas. Líderes campesinos y sindicalistas muertos impunemente en pocos meses y, a la fecha no hay respuesta. La cultura de la prevención no está en nuestra mira. A pesar de que existen unidades hechas para ello, siempre esperamos el arribo de la tragedia para maquillar la gravedad de los problemas.

(Por si fuera poco, el gobierno asegura que no hay para atender la desnutrición).

Nunca es malo recordar. Repasar la lección humana, sobre todo cuando la Declaración Universal de los Derechos Humanos vino a mejorar el mundo. Nos subimos al barco, con la conciencia de convivir en paz:

Todos nacemos libres e iguales. Todos tenemos los mismos derechos. Derecho a la vida. Nadie será esclavizado. Nadie será torturado. Derecho a personalidad jurídica. Igualdad ante la ley. Derecho a recurso ante tribunales. Nadie podrá ser arbitrariamente detenido. Derecho a ser oído por un tribunal. Derecho a presunción de inocencia. Derecho a la vida privada. Derecho a circular libremente. Derecho al asilo. Derecho a una nacionalidad. Derecho al matrimonio y a la familia. Derecho a la propiedad. Libertad de pensamiento y religión. Libertad de opinión y expresión. Libertad de reunión y asociación. Derecho a participar en gobierno. Derecho a seguridad social. Derecho al trabajo. Derecho al descanso. Derecho a una vida digna (alimentación, asistencia médica, etcétera). Derecho a la educación. Derecho a la cultura. Derecho a un orden social e internacional. Todos tenemos deberes con la comunidad. Nada ni nadie puede suprimir estos derechos.

Si tuviésemos que marcar los que acá se cumplen, no necesitaríamos mucha tinta. Es más, quienes defienden esta Declaración, en variedad de casos son perseguidos y, en el límite: asesinados. Cuando abogar por los derechos humanos es asunto de dignidad. ¿No es lo queremos? ¿No quisiera usted que sus hijos crezcan con la garantía de sus derechos cumplidos? ¿Es defender estos derechos un tema de radicalismo ideológico? ¡No creo!, aunque haya quienes insistan en instalar esta idea en el imaginario. Este es un tema simplemente de vida, sin distinción alguna. Aunque la muerte siga cabalgando.

https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/08/08/derechos/




PENDIENTE. Ignorar necesidades es reproducir discriminación.

Anabella Giracca /

Hoy nos toca resolver los múltiples pendientes que dejó el Siglo XX y reformular los innumerables retos que plantea el Siglo XXI. Aunque al parecer, acercándonos al fin de la segunda década del siglo, seguimos varados en el pasado. Difícil comprender la importancia que tiene la educación para la renovación democrática de un Estado en ruinas. La distribución desigual de la calidad y la necesidad de apelmazar a la población en un solo molde, han sido la base de un modelo educativo patriarcal.

La apuesta cotidiana por la libertad y la ciudadanía aun no parecen ser parte de la agenda educativa de la Nación. Al menos sabemos que no basta con asistir a la escuela. Hoy tenemos conciencia de una educación de calidad, pertinencia, eficiencia, eficacia y participación. Una escuela amable, con prácticas diversas y estrategias de inclusión. Desde la infraestructura, el clima organizacional, la administración y, por supuesto, la pedagogía. Ahí en donde la sensibilidad triunfe sobre la indiferencia. En pocas palabras: escuelas inclusivas, preparadas para atender de manera diferenciada a quienes lo necesiten. Por ejemplo, ¿encuentra la niñez con algún tipo de discapacidad un nido en la escuela? Ignorar necesidades es reproducir discriminación. Lamentablemente aquí no hay espacio para ser distintos. Cualquier diferencia es confiscada y el sistema cae en la trampa de una educación de imitación, de uniforme, de homogeneidad forzada. Acá, los niños con discapacidad son proscritos. Cosificados. Eso muestra nuevamente insuficiencia de ciudadanía plena. Disfunción sistemática. Escuela de baja intensidad.

Es hora de que la escuela favorezca el encuentro con una nueva ética: la fraternidad. Asumir compromiso por el otro, sin que se vuelva “amenaza”. Tristemente pareciera que la diferencia entorpece el concepto de “ciudadano ideal”. ¿Por qué no formar sujetos de derecho? Desarticular las bases socioculturales de la discriminación. Promover identidades libremente elegidas, abiertas, no confrontadas. Edificar nuevos referentes para la interacción social. Promover convivencia sobre nuevas bases. Alentar la empatía. Ver al otro como una persona con derechos. Porque, ¡la diversidad no es negociable! Redefinamos la tolerancia proclamando la aceptación de lo “distinto” con nuevas formas de entendimiento. Muy simple: educación de calidad para todos, durante todo el tiempo.

Este tema es base democrática, ejemplo de un Estado progresista. Seguir abandonando a la niñez y juventud impide renovarnos con nuevos principios y valores colectivos. Es simplemente seguir reproduciendo prácticas oscuras y reciclando perversidad. Porque de la formación plural e igualitaria de hoy, depende una mejor construcción de eso llamado Nación.

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/08/01/pendiente/