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Ladrones de tiempo: ¿signo o causa del subdesarrollo?

Ana Samayoa / 

El tiempo es dinero, el tiempo es oro, el tiempo perdido hasta los santos lo lloran. Tenemos varios dichos que hablan sobre el valor del tiempo, a pesar de ser una de las “mercancías” menos valoradas.

Y es por esa razón que me sorprende que cada vez una persona en el tráfico se mete al final de una larga fila de carros hay alguien que sin falta le da paso *inserte emoji de facepalm aquí*.

A estas personas que no respetan la fila me gusta llamarles los “ladrones de tiempo”.

Todos hablamos sobre “ganar tiempo; perderlo o ahorrarlo, pero en realidad, el tiempo es algo tan ajeno a nuestro manejo, que ni siquiera podemos guardarlo. Interesantemente, aunque no hay manera de guardarlo, sí hay manera de robarlo. Hace mucho tiempo que quiero escribir sobre esto. Cuando regresé a Guatemala, ya como una (pseudo) adulta, me di cuenta que el tráfico en Guatemala se había convertido en un tema importante entre los guatemaltecos. El martirio que el citadino sufre por las interminables colas y las horas de camino desde y hacia su casa y trabajos, están en cada conversación del día. A pesar de que todos sufren el tráfico por igual, no falta el “listo” que se va paralelo a la fila hasta llegar al final y logra colarse para pasar primero sin haber “hecho su cola”. Los ladrones de tiemposon aquellos que toman ventaja de una situación y sin escrúpulos, toman un lugar que no les corresponde. Uso el término “ladrón de tiempo” porque al no haber llevado el debido proceso (entiéndase una fila, un proceso legal, un concurso), le está “robando” el tiempo a todos los demás expectantes que sí siguieron los pasos requeridos. Un ejemplo clásico puede ser cuando vamos en el tráfico y nos encontramos en un embudo o en un carril que se incorpora a otro; lo lógico es unirse a la fila de autos y esperar a que sea su turno para entrar al nuevo carril. Pero hay personas que en lugar de tomar el lugar que les corresponde, se mueven hasta el principio y esperan que les den lugar. No sé en realidad quién es peor. Si el que hace el mal o el que lo permite; pues si nadie les diera paso, estas personas dejarían de saltarse la fila.

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Según varios estudios realizados, una persona pasa en promedio, cuatro años de su vida haciendo filas (y si es en Guatemala, probablemente sean como 6 años más en el tráfico). Si lo ponemos así, podríamos decir que la persona que se ahorra tres minutos saltándose la fila, casi literalmente, le está robando su vida. ¿Cómo? Tomando ese puñado de minutos extra que le toma el llegar al final de la fila e incorporarse a ella. Multipliquemos eso por 3 veces que eso puede pasar en el día mientras estamos en tráfico. Por 30 días del mes. Por 12 meses del año. Por 78 años que es la expectativa de vida promedio en Guatemala. Esas veces por un promedio de 3 minutos cada uno. Dividido 60 minutos en una hora, dividido 24 horas en el día, dividido 30 días en un mes.

Igual a 5.85 meses

Esta clase de persona, en promedio, le estará robando casi medio año de su vida en total.  Pero ahí no queda todo, a eso hay que agregarle que esa persona se va, nunca más la volverá a ver, y usted, seguirá en esa fila de automóviles… esperando.

¿Por qué traer este tema a la mesa? Porque si queremos llegar a ser una sociedad desarrollada, teniendo índices de desarrollo y felicidad de los más altos, debemos empezar por seguir reglas y procesos. Es imposible seguir con la característica cultural generalizada de “ser el más vivo” a costa de las reglas y el respeto ajeno, y esperar que eso nos lleve a avanzar como cultura. Por más cliché que esto suene, debo decirlo: si queremos que haya un cambio integral en nuestro país, debemos empezar por nosotros mismos; pero no sólo con no hacer estas cosas, sino con no permitirlas, denunciarlas y educar al vecino del por qué ellos tampoco deberían permitirlo. Los ladrones de tiempo son un problema latente en nuestra sociedad.

¿La buena noticia?

Está en nosotros cambiarlo.

 

Referencia: https://nomada.gt/blogs/ladrones-de-tiempo-signo-o-causa-del-subdesarrollo/




Cambio de piel “En nuestros huesos habita el rocío”.

Anabella Giracca

Acontecimientos ponen nuevamente en evidencia la urgente necesidad de rescatar el diálogo y la cultura de paz, ¿no es lo que todos queremos? Es hora de cambiar de piel, como esas serpientes en que la muda es un periodo de renovación y señal de crecimiento…, como desprenderse de una camisa vieja.

Es hora de cambiar de zapatos. De sustituir el descrédito por el reconocimiento; el ataque por la pregunta; el conflicto por la conciliación; la inmediatez por el futuro; la homogenización por la diversidad; la descalificación por la razón; la ignorancia por el pensamiento crítico; el discurso del odio por el discurso de la fraternidad. Es hora de mudar, porque tan exacerbadas confrontaciones nos sumergen hasta el ahogo. Sí, sustituyamos esta arraigada cultura de división por una de conexión. Porque en nuestros huesos habita el rocío, la historia que nos compete redireccionar.

Efectivamente una cultura de paz no abusa de sus herramientas tan brutalmente (redes por ejemplo), no ultraja las palabras. Se abre a un mundo donde las oposiciones se tornan en debates constructivos y hasta educativos. ¿No es lo que todos queremos?

Pero lo que ahora existe es descalificación feroz, pantano, sin nociones que respalden, sin propuestas ni puertas ni ventanas. Ni tan solo ápices pequeños de luz. Solo cascadas de odio que incitan a la penumbra y al oscurantismo.

En una cultura de paz no se valen descalificaciones que caen en la discriminación y fomentan el racismo. No se repiten mentiras que terminan pareciendo verdades. No se distrae a la opinión pública de los asuntos verdaderamente importantes (aló desnutrición, violencia, desempleo). Una cultura de paz no manipula ni ultraja; no vende ni subasta identidades; no hace uso y abuso de todo un pueblo para enredar. Una cultura de paz construye sobre la confianza, porque es colectiva y no personalista. Fomenta lo verdadero a cambio de lo verosímil. No hace más que ver la diversidad como un valor y un derecho. ¿No es eso lo que queremos?

Y es que basta con abrirse al cosmos de la cibernética para entender que estamos perdidos. Se repiten descréditos, se insisten insultos y, sobre todo, se invisibilizan mucho las ideas.

Iniciemos por fomentar miradas y “desfomentar”  autoritarismos y prepotencias. Pero ojo, que gracias a esas actitudes de dominio y de paternalismo, estamos atados, amordazados de palabra. Estamos trenzados a una política perversa. ¡Sí!, la hora de la muda no debe esperar más. Poner las palabras sobre la mesa, repletas de contenidos diversos, puede ser un buen principio. Tomar decisiones colectivas: un compromiso unido. Como una forma de convivencia social en la que seamos libres e iguales para opinar. (A eso se le llama democracia, por cierto).

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/08/22/cambio-de-piel/




Lo que dijo la gente. “Burdo acarreo de ministros”

Anabella Giracca /

Y es que la reunión semanal que sostienen los ministros con el Presidente fue a parar a la banca de la Corte de Constitucionalidad durante la audiencia pública por el caso relacionado con la queja contra el embajador de Suecia, Anders Kompass.

Los múltiples comentarios que tan desatinada acción generó en medios, redes y calles, son buen parámetro para medir la opinión pública, que no es cualquier cosa. Traslado textualmente algunos de los más recurrentes (omito comillas para facilitar lectura):

*La presidencia se excede en sus funciones. *El gobierno argumenta injerencia de la CC, sin darse cuenta de que cae en una injerencia política debilitando la independencia de poderes. *¿Cuáles serán las verdaderas motivaciones de la diplomacia guatemalteca? ¿Defender los intereses personales del presidente?

*Se debilita todavía más la imagen del presidente. A su vez la de todos sus ministros que hicieron un papelón. Jamás debieron subirse a ese bus.

*La necedad de expulsar a Anders Kompass está orientada a debilitar la lucha contra la corrupción.

*Este fue un burdo acarreo de ministros. *Los ministros deberían de tener un criterio propio, ahora varios deben estar bien arrepentidos porque perdieron credibilidad y autonomía. *La independencia de los jueces, coloquialmente hablando, es una de las cuatro patas de una mesa. Pero si alguien quiere decir que hay mesas de tres patas, o de dos, pues bueno, digámoslo de otra forma: sin independencia judicial no hay posibilidad alguna de alcanzar un Estado de Derecho que signifique lo que significa.

*Los ministros son el elemento sustancial en el ejercicio de la función pública. Pueden decidir no participar y no respaldar acciones irracionales.

*Estas acciones no hacen más que demostrar la absolutización de su guerra, de su conflicto personal (del presidente). Como los suecos han apoyado la lucha contra la impunidad, ahora se convierten en enemigos y adversarios personales del presidente. *Perseguir a quienes apoyan la lucha contra la corrupción se convirtió en la principal acción de su gobierno. *El presidente está obsesionado con enfrentar a todos aquellos que dan la lucha contra la impunidad.

*Lamentable ver a los ministros doblegados. *Habían unos cuantos que todavía merecían respeto, pero con esto perdieron ellos y perdimos todos. Es evidente el mensaje político equivocado. *Eso de andar perdiendo el tiempo en respaldar los intereses personales del presidente debería de ser sancionado. *Esto me huele a cortina de humo.

*Estado de papel, Estado aparente, Estado ficticio, o peor aún, Estado fallido, es lo que se tiene cuando su ciudadanía, y peor aún, sus gobernantes, no creen que la independencia de un juez o un magistrado es vital.

Es lo que dijo la gente.

https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/08/15/lo-que-dijo-la-gente/




#GeneraciónSemilla

Edson Ademar /

Por Generación Semilla me refiero a aquella generación nacida a partir del retorno a la democracia en Guatemala, que ahora son veinteañeros y treintañeros emprendedores, estudiantes o profesionales jóvenes con experiencia en la iniciativa privada, el sector público, sociedad civil o la academia.

Son quienes escuchan atentamente a sus padres y abuelos que con amor muestran su preocupación porque sus hijos y nietos participen en política, pero saben que han tomado la decisión firme de hacerlo y por tanto sus padres y abuelos les han apoyado.
Quienes son capaces de escuchar con atención a aquellos que vivieron en los tiempos más oscuros que atravesó el país en la historia reciente, y pueden proponer nuevas formas de hacer las cosas tomando como punto de partida el trabajar todos juntos, cada quien con sus propios sueños, miedos y mitos, pero con un solo ideal, el de construir una propuesta de dignidad.

Que no se atan o tratan de reivindicar símbolos o banderas de siglos pasados. Sino que basan su pensamiento en cinco principios: construir democracia, establecer la equidad como eje orientador, reconocer que Guatemala en un país plural, impulsar una economía humana y respetar la naturaleza.

Que tienen claro que en este momento no se trata de perseguir utopías, sino de alcanzar consensos que permitan que el país avance en cuestiones tan esenciales como disminuir la desnutrición y contribuir a la generación de oportunidades de trabajo digno.

Que buscan romper la lógica de los partidos políticos tradicionales dirigidos por cúpulas que toman decisiones a puerta cerrada del resto de sus miembros. Que tienen claro que estas actitudes llevan a los partidos políticos al fracaso, y saben que el mejor antídoto es fomentar la auténtica participación, la inclusión y el debate honesto y de altura.

Que no quieren pasar el resto de su vida votando por el menos peor. Y que reconocen que existe una ventana de oportunidades para construir un proyecto político sólido.

Que tienen como referentes a grandes líderes democráticos de la segunda mitad del siglo pasado como Manuel Colom Argueta y Alberto Fuentes Mohr, quienes demostraron que propuestas políticas democráticas y sólidas pueden ganar elecciones, aún en las condiciones más adversas.

La Generación Semilla asume que construir democracia interna en las organizaciones políticas, es fundamental para el propio sistema democrático y para el país, y que el Movimiento Semilla es el espacio idóneo para ello. Son conscientes de la dificultad de superar los retos que se presentan en la actualidad, pero su convicción les permitirá enfrentarlos con decisión.

Yo soy Generación Semilla. Y vos?




DERECHOS “La injusticia, en cualquier parte, es una amenaza a la justicia en todas partes”. (M. L. King).

Anabella Giracca /

Durante este año han muerto a causa de hechos contra el transporte público, 27 usuarios, 16 pilotos y 13 ayudantes.

Según datos de la PNC, han sido removidos decenas de agentes y han dado de baja a 80 elementos recientemente. Varios coinciden en que la destitución de personal especializado podría afectar los resultados en seguridad ciudadana.

A diario aparecen cadáveres con signos de tortura, laceración y brutalidad. Ataques armados, balas perdidas, extorsiones, familias completas amenazadas y hasta ultimadas. Agresiones frente a escuelas; en plenas avenidas. Líderes campesinos y sindicalistas muertos impunemente en pocos meses y, a la fecha no hay respuesta. La cultura de la prevención no está en nuestra mira. A pesar de que existen unidades hechas para ello, siempre esperamos el arribo de la tragedia para maquillar la gravedad de los problemas.

(Por si fuera poco, el gobierno asegura que no hay para atender la desnutrición).

Nunca es malo recordar. Repasar la lección humana, sobre todo cuando la Declaración Universal de los Derechos Humanos vino a mejorar el mundo. Nos subimos al barco, con la conciencia de convivir en paz:

Todos nacemos libres e iguales. Todos tenemos los mismos derechos. Derecho a la vida. Nadie será esclavizado. Nadie será torturado. Derecho a personalidad jurídica. Igualdad ante la ley. Derecho a recurso ante tribunales. Nadie podrá ser arbitrariamente detenido. Derecho a ser oído por un tribunal. Derecho a presunción de inocencia. Derecho a la vida privada. Derecho a circular libremente. Derecho al asilo. Derecho a una nacionalidad. Derecho al matrimonio y a la familia. Derecho a la propiedad. Libertad de pensamiento y religión. Libertad de opinión y expresión. Libertad de reunión y asociación. Derecho a participar en gobierno. Derecho a seguridad social. Derecho al trabajo. Derecho al descanso. Derecho a una vida digna (alimentación, asistencia médica, etcétera). Derecho a la educación. Derecho a la cultura. Derecho a un orden social e internacional. Todos tenemos deberes con la comunidad. Nada ni nadie puede suprimir estos derechos.

Si tuviésemos que marcar los que acá se cumplen, no necesitaríamos mucha tinta. Es más, quienes defienden esta Declaración, en variedad de casos son perseguidos y, en el límite: asesinados. Cuando abogar por los derechos humanos es asunto de dignidad. ¿No es lo queremos? ¿No quisiera usted que sus hijos crezcan con la garantía de sus derechos cumplidos? ¿Es defender estos derechos un tema de radicalismo ideológico? ¡No creo!, aunque haya quienes insistan en instalar esta idea en el imaginario. Este es un tema simplemente de vida, sin distinción alguna. Aunque la muerte siga cabalgando.

https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/08/08/derechos/




La meta de adhesiones, el primer paso del largo plazo

Samuel Pérez Álvarez
Secretario General / 

La construcción del Movimiento Semilla ha sido radicalmente diferente a la de los partidos tradicionales, con innovaciones en transparencia, superando reglas del juego perversas, casi sin financiamiento y con un contexto particularmente adverso a la participación. El camino ha sido largo y apenas empieza. Este recorrido ha sido revelador, no sólo para conocer vicios del sistema político, sino que también descubrir que quizá no es el financiamiento electoral ilícito el pecado original de la democracia en Guatemala, sino la etapa de constitución de los partidos. Por otro lado, nos ha tocado construir en un contexto en el que nuestro país atraviesa una coyuntura crítica en la que la política tradicional está convaleciente y la política diferente está por surgir, y nos disponemos a ser partícipes en esta transición.

Construir partidos políticos de forma correcta y transparente parece ser la excepción en Guatemala. La opacidad, la jerarquía, el caudillismo, la falta de democracia interna y las barreras de entrada son las reglas en el sistema político que nos da como resultado instituciones públicas llenas de corrupción e incapacidad. Esto lleva a concluir que, si bien es cierto que el financiamiento electoral ilícito es el problema principal en la etapa electoral, la absoluta opacidad e impunidad en el período de conformación de los partidos políticos es el origen del problema, pues finalmente, a la papeleta llegan los partidos que logran superar estas barreras de entrada al sistema.

Pero estas reglas son hackeables cuando el contexto, la convicción, la capacidad y la voluntad política se combinan. Este ha sido el caso con el Movimiento Semilla en este momento de la historia política del país. Innovaciones como ser el primer y único Comité Proformación de Partido Político con NIT y cuenta bancaria, romper esquemas tradicionales de toma de decisiones desde arriba, participación por convicción y no por transacciones económicas no son casualidad, son decisiones políticas, y son las características que permiten sentar las bases para la existencia de un partido político institucional.

La construcción formal de Semilla como comité para convertirse en partido la iniciamos en mayo de 2017 con la convicción de proponer soluciones para el país y con dos grandes retos legales: 22,700 firmas de adhesión y organización territorial en 50 municipios. Inicialmente bajo un esquema voluntario, pero que por las restricciones sobre condiciones económicas nos impidieron superar el promedio de 1 mil adhesiones mensuales. En febrero de 2018 migramos a un esquema de equipos de Semilla con viáticos para poder mitigar gastos no contemplados en los presupuestos individuales, y logramos un promedio de 4 mil adhesiones mensuales de personas que se unen voluntariamente. Lo anterior, combinado con el trabajo por convicción de equipos organizados desde los territorios en todo el país, con todas las capacidades y cualidades de reemplazar, bajo mecanismos democráticos, a los corruptos en el poder. Gracias a este trabajo, hoy llegamos a la meta de adhesiones.

Comprender los tiempos es fundamental. Si bien es cierto que la inscripción de un partido político verdadero en Guatemala lleva tiempo, las transformaciones profundas del país llevan más. Hoy damos el primer paso en un camino de largo plazo, iniciaremos el proceso de asambleas con fuerza y entusiasmo para armar el partido pronto, pero con la seguridad de sentar las bases con suficiente solidez para trascender en el tiempo.

Nuestro país está pasando por un período de transición visto pocas veces en nuestra historia política, donde se abre una oportunidad enorme para girar el rumbo y rescatar a Guatemala de un seguro declive al que lo llevan quienes han ejercido el poder por el poder. Sin asumir homogenización, hoy tenemos una oportunidad de articular demandas compartidas por diversos sectores, rescatar las instituciones públicas de las garras de la corrupción y la incapacidad, empezar a atacar los problemas estructurales y un sinfín de temas compartidos. El camino no es fácil, cada decisión también implicará costos de todo tipo, pero para poder empezar a pensar el futuro con entusiasmo es fundamental involucrarse. Los problemas del país han sido construidos históricamente, y tenemos en nuestras manos la oportunidad de empezar a escribir una nueva historia. Con el Movimiento Semilla hacemos nuestra parte y vamos para adelante con determinación y ánimo, bienvenidas todas las personas que compartamos esta visión.




Hablemos

Anabella Giracca /

Hablemos de vidas que se pudieron haber salvado. De aldeas enteras. Hablemos del más desolado abandono de Estado. Hablemos de la necesidad de una política que vaya de vuelta al humanismo. Hablemos del llanto de todo un pueblo.

En algún medio internacional se han preguntado si la actitud del gobierno ante la tragedia, es a causa de la indolencia, la incapacidad o la irresponsabilidad. Usted juzgue, porque hablamos de un Estado que se debe a nosotros. Este no es un tema de caridad. Aunque cuando no hay prevención, estrategia ni medidas de abordaje, lo que nos queda es eso, la caridad. Donar ropa, zapatos, comida, agua de la manera más solidaria que se haya visto, cuando esa avasalladora fuerza ciudadana también podría aprovecharse en medidas dirigidas por las instituciones responsables, preventivas, rutas de vigilancia, brigadas de atención continua en las áreas más vulnerables del país. En educación, programas, simulacros, gestión de riesgo. Todos involucrados. Todos unidos al servicio de un plan. Pero solo hay vacío. ¿Cuántos habitan los barrancos, las faldas, los asentamientos, las márgenes de los ríos? Hablemos de la indiferencia. Hablemos del olvido.

Lo cierto es que tantos están ahora pagando las culpas de la ignominia. Una vez más. Por muy duro que parezca, contamos con autoridades sumidas en su pequeño mundo, uno sin ventanas ni puertas.

Que esta lección de elegir a un puesto político a alguien que carece de formación, sea inolvidable. Porque la cosa pública tiene que tener más que imagen. Sin formación, capacidad y virtud de ser político para conducir a un pueblo, una persona está imposibilitada para hacerle frente a los grandes desafíos que enfrentamos. Se esconde en el efecto avestruz.

Pero lo peor de todo es que la imposibilidad de gobernar se extiende a las demás instituciones. Es una plaga. Esta misma falta de responsabilidad política se refleja en las personas designadas para ocupar otros puestos, sin dirección. Sin visión política del ámbito que les toca abordar. Y encima de todo, lo confiesan (Ministro de Ambiente confiesa no saber de ambiente). ¿Se dejaría usted operar por alguien que no tiene ni idea de medicina?

Ante nuestra vulnerabilidad ambiental, la estrategia es clave. Obligatoria. La prevención es imperativa. Imperdonable no contar con maneras de protección y reacción inmediata. Es que…, ¡nadie sabía qué hacer! ¡No sabían hacia dónde escapar del horror!

Hablemos de humanismo. Hablemos de lo que pudo evitarse. Compartamos el dolor y, sobre todo, la más profunda indignación.

 

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/06/13/hablemos/




¿Qué es Movimiento Semilla?

Somos un movimiento político, democrático y plural, integrado por guatemaltecos y guatemaltecas, que buscamos sumar nuestros esfuerzos a los que se realizan en otras partes, para ir estableciendo las bases de una Mayoría Alternativa.

¿A qué nos referimos con Mayoría Alternativa?

La Mayoría Alternativa constituye una gran fuerza ciudadana que se está construyendo; potenciadora de un cambio radical para nuestras sociedades, propiciadora de la transformación del Estado excluyente y discriminador en uno democrático y plural, en el que los intereses de las personas -individuos y comunidades- estén por encima de intereses económicos y burocráticos particulares. Es una Mayoría Alternativa que integra los intereses de los sectores más vulnerables y pobres con los de las clases medias, para darles una expresión política fuerte y unificadora.

¿A qué aspiramos?

  • Aspiramos a una democracia que responda a los intereses de las mayorías expresados libre y democráticamente, sin vulnerar los derechos fundamentales de las minorías.
  • Queremos un Estado eficaz, con autoridad y legitimidad, sujeto al poder de la mayoría y al estado de derecho, que reconozca la naturaleza multie´tnica y pluricultural de Guatemala.
  • Anhelamos una sociedad en la que reine la equidad, la igualdad ante la ley, la igualdad de derechos y de oportunidades y la igualdad de capacidades.
  • Buscamos impulsar una economía incluyente, equitativa y sostenible, con respeto a la Naturaleza.



Miedo neurótico

“Hay miedo a la expresión. Miedo a la organización. Miedo a la ideología. Miedo al pluralismo. Miedo a la paridad. Miedo a las reivindicaciones. Miedo a los colectivos. Miedo a los pueblos. Miedo a las voces. Miedo a la diversidad. Miedo a la diferencia (insisten en la homogeneización). Miedo a decir la verdad. Miedo a reconocer las condiciones reales en las que vive gran parte de la gente. Miedo al cambio. Miedo a aceptar que hemos fracasado.Sí, el miedo neurótico coarta la libertad. Nos ata de pies y manos. Es mordaza.”  Anabella Giracca

https://elperiodico.com.gt/opinion/2017/06/28/miedo-neurotico/




No faltes a nuestro Club de Lectura

La Cuarta Socialdemocracia y la Paradoja Democrática son los dos libros pendientes de discutir en nuestro Club de Lectura.

La actividad se realizará, como es costumbre, en Librería Sophos el cuarto sábado del mes, es decir 29 de julio y 26 de agosto. Reserven estas fechas en sus agendas.

Se trata de un espacio de encuentro y de intercambio, mediante el cual queremos contribuir al debate de las ideas.

#Soy Semilla #PensamientoCrítico