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Indicadores. Y, ¿qué me dice de las recientes apariciones del presidente?

Anabella Giracca /

Están pasando cosas de antología, pero aparentemente nada avanza. Como esas lagunas quietas pero que llevan las corrientes en su fondo. Serios ejemplos que pongo a su consideración:

Luego de la tragedia sufrida por la erupción del volcán de Fuego, muchas cosas han ocurrido. La ausencia de las máximas autoridades se hizo notar de una forma que lastimó a la población severamente. Ratificó la idea de que estamos en un desgobierno producto de la incapacidad y la disfuncionalidad. Insólito cómo, a la fecha, el gobierno mantiene una cifra de desaparecidos (332), cuando la población habla de miles. Con sus pies sobre la arena apelmazada, viendo hacia abajo la muerte de sus amados negados. Como si fuera poco, se habla de posible sobrevaloración en compras por Estado de Calamidad. Cada vez más. ¿Y las condiciones en los albergues?

El reciente fallo constitucional que suprime el fragmento de la Ley contra el Femicidio, que prohíbe la reducción de penas, abre la posibilidad para que los responsables por femicidio opten al programa de reducción de penas, y salgan de prisión antes de tiempo. Las conquistas ganadas son burladas. Siempre vamos para atrás.

Las deportaciones subieron un 55 por ciento en el primer semestre. Hasta el 30 de junio, 25 mil 366 personas habían sido deportadas. A esto, claro, se le suman políticas migratorias que hemos visto con oscuro asombro, como separar a los niños de sus padres o encargados. Muchos aún no han sido reunidos. ¡Habrase visto semejante brutalidad! El mundo entero se alertó. Y mientras tanto, la pobreza crece, el hambre crece y cada día somos menos humanos. Nuevamente un gobierno ausente. Incoloro. Insaboro.

Pero lo peor está por venir. Según declaraciones del analista Edgar Gutiérrez, y tras los primeros acercamientos con la Fiscal General, el tsunami se avecina con una serie de oscuras acusaciones que podrían involucrar al presidente y posibles estructuras de su gobierno, en casos de abuso sexual. Si esto resulta confirmado, habremos de vivir los momentos más sombríos de nuestra historia reciente. No veríamos delito más deleznable que el de un mandatario al que el pueblo le dio su confianza, aprovechándose para atestar sus depravaciones. Urge hacer un llamado colectivo para realizar acercamientos que faciliten la seguridad de las víctimas y esclarecer estas graves acusaciones. Una de las más delicadas que haya enfrentado la administración pública. También debemos apoyar a las víctimas para que se apersonen, y exigir que en el Ministerio Público encuentren protección y refugio. Sin revictimizarlas, claro. Respetando su dignidad, claro. Porque merecemos saber la verdad. Porque esto no es cualquier cosa.

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/07/11/indicadores/




Edu canción

Anabella Giracca /

El sistema educativo de Guatemala enfrenta un deterioro preocupante. Como una bola de nieve que va creciendo conforme aparecen tragedias en su camino. Recibe el impacto y su desgaste se acrecienta. Abrir la oportunidad de reorientarla hacia una agenda para el desarrollo humano sostenible, es preciso. El futuro del país está comprometido. Y no es un asunto de guetos, tampoco es un tema de caridad. Es de transformaciones estructurales. Debemos aceptar que urge reorientar las valiosas y solidarias cooperaciones hacia las verdaderas necesidades que enfrenta el sistema. Integralmente.

Como por ejemplo, reincorporar al sistema educativo a los millones de niñas, niños, jóvenes que han quedado fuera. Cada vez hay más ausentes y esto es alarmante para un país hecho de niñez y juventud. Esta medida implica la recuperación de la gratuidad y el rescate de la educación pública. Porque es un derecho, no un favor. El país pide a gritos crear programas para los millones de jóvenes que no estudian ni trabajan. Programas de formación integral y capacitación laboral dirigidos al apoyo del desarrollo individual, familiar y comunitario, así como programas de prevención de la violencia. ¿No cree? También orientar procesos de aprendizaje de calidad en el aula y en la realidad multicultural.

Estos tiempos demandan incorporar los temas relativos a la enseñanza de la Constitución Política, derechos humanos, educación para la paz y memoria histórica, educación integral en sexualidad, educación ambiental, ética en el uso de tecnología, la atención a la población con capacidades diferentes y más. Se sabe de programas muy bien intencionados, claro, pero sin el impacto que el país requiere. Es que esto se trata de privilegiar las inversiones que produzcan efectos positivos. También el Congreso de la República debe aumentar el presupuesto asignado a este sector. Ahora que se inicia con el tema del presupuesto 2019, los diputados deberían de ser francos y reivindicarse. (No basta con el 2.9 por ciento del PIB).

No olvidemos que las acciones en materia educativa deben considerar la composición multicultural y plurilingüe del país, como opción política y derecho de la población para ser próspera afirmando su identidad, así como el enfoque de género que construya relaciones equitativas, y mecanismos para una amplia participación ciudadana.

Hoy más que nunca, se necesita reorientar las agendas del fracaso, que han sido impulsadas por sectores de interés. Lo que el momento actual requiere no es sostener un rumbo equivocado, sino rescatarlo hacia una auténtica reforma. Hacia un pacto nacional que nos involucre a todos en demandas y reivindicaciones que hagan de la educación una canción. Sí, música, armonía. Prosperidad colectiva y humana. (Bueno, eso y mucho más).

 

Referencia. https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/07/04/edu-cancion/




La legislación electoral y la mercantilización de la política

José Pablo Menchú /

En el enfoque del nuevo institucionalismo  los comportamientos políticos son determinados por las instituciones, tal es el caso del sistema electoral guatemalteco que define en buena medida  la composición, comportamiento y calidad de los partidos políticos. Se hace entonces necesario interpretar  la legislación desde una mirada  política para comprender plenamente sus consecuencias en la calidad de los partidos políticos.

Si bien la legislación electoral  impone las reglas del juego y determina el comportamiento de los partidos políticos, no es el único factor que influye en el accionar partidario. Al respecto Nohlen (1999) resalta que el carácter de los partidos políticos son determinados por el sistema electoral pero también a través de los  factores socioestructurales del país.

Sartori (1985) nos habla de las condiciones necesarias y suficientes para producir un fenómeno político. Las condiciones necesaria son los factores que combinados con otros puedes ser causa de un fenómeno político y las condiciones suficientes son aquellos factores que con su sola presencia pueden desencadenar un fenómeno político.  En ese sentido la legislación electoral es una condición necesaria que combinada con factores socioculturales tienden a crear unos partidos políticos con institucionalidad débil, con altos índices de corrupción y poco representativos.

Para este breve ensayo se analizará la legislación electoral guatemalteca como condición necesaria que produce una composición partidaria con poca legitimidad para la ciudadanía. En la ciencia política normativa un partido debe ser una institución de representación que canalice demandas de la población a partir de programas políticos e ideologías, son la base de un sistema democrático liberal. Pero en la práctica existe una distorsión entre el deber ser y lo que en verdad es.

El problema es que cuando esta distorsión es muy grande puede generar un problema de legitimidad en el sistema político en su totalidad, puesto que en la democracia liberal los partidos son prácticamente requisitos sine qua non  (condición necesaria) para la construcción del sistema democrático.

La reglas de juego de los partidos terminan siendo perversas. Empezando por los requisitos para formar un partido ya que la legislación electoral establece como mínimo tener organización en 50 municipios de los cuales solo se requiere 40 personas afiliadas en cada uno de ellos así mismo requiere por lo menos 23,000 (0.3% de afiliados del padrón electoral) afiliados totales, en ese sentido solo 10% de los afiliados pueden participar democráticamente en las estructuras partidarias. Esto crea una distorsión que obliga a los partidos a convertirse en una máquina para captar afiliados que muchas veces caen en métodos poco legítimos para conseguirlos.

Sumado al tema de organización interna otro tema medular es el financiamiento ya que la legislación electoral establece que el financiamiento público es lo equivalente dos dólares por cada voto obtenido por el partido ya sea en la elección a diputados de listado nacional o a la elección presidencial (dependiendo de cual se mayor) repartido en los siguientes cuatro años. Como resultado el financiamiento público es insuficiente para las funciones operativas de un partido que como mínimo tiene que tener 23,000 afiliados, lo cual acorrala a los partidos a buscar el financiamiento privado o comprometer candidaturas con tal de mantener la estructura. Este fenómeno que se agrava en periodo electoral.

Otro componente negativo es la extrema centralización partidaria combinada con sus pocos incentivos democráticos. El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) tiene la capacidad de proponer candidaturas en los lugares donde no existe organización partidaria legal, eso significa en casi todo el país. Estas candidatura en la mayoría de los casos no son en función de ideales políticos o postulados democráticos sino en términos puramente electorales. 

Como consecuencia de todo lo anterior la legislación electoral combinado con aspectos socioculturales como la falta cultura democrática contribuyen a la configuración de una categorización de partido político particular alejado de las clasificaciones clásicas de partido de cuadros o de masas. ASIES (2013) plantea el surgimiento de “partidos franquicia” que se caracterizan por su enfoque meramente electoral y por la centralización en la toma de decisiones por parte del CEN.

En ese sentido el partido actúa como una marca cuyo dueño sería el CEN y esté lo presta a las candidaturas tal como funciona una franquicia.  El consumidor de esta franquicia termina siendo el votante y el partido se convierte en una empresa puramente electoral. Esto tiene consecuencias graves en el sistema democrático guatemalteco que es la mercantilización de la política y por lo tanto un sistema político rentable para la corrupción. Ya que cuando los partidos se convierten en empresas, los,“empresarios políticos” quieren obtener beneficios económicos de la democracia , sino dejaría de tener sentido el modelo de partido franquicia.

Las consecuencias de este modelo de partido franquicia son sensibles para el sistema político guatemalteco ya que promueve la corrupción y desvirtúa el ideal de partido político como institución encargada de promover la participación política, la construcción de programas políticos y la identificación con posturas ideológicas. Este modelo debilita la institucionalización de los partidos políticos convirtiéndolos en empresas efímeras que cuando dejan de ser rentables simple y sencillamente desaparecen o se crean otras. Todo esto pone en tela de juicio la legitimidad de nuestra democracia que se dirige hacia un proceso de mercantilización.

En conclusión la legislación electoral es una condición que influye en la composición de un modelo de partidos políticos totalmente desvirtuado y que es desfavorable para la construcción de una democracia. Lo que conlleva la necesidad de cambiar la reglas del juego del sistema electoral. Eso no se va lograr sino se busca reformar la legislación electoral en función a la democratización interna de los partidos, replantear los requisitos para formar y organizar un partido y aumentar el financiamiento público como mecanismo de independencia financiera de los partidos . Y no se puede olvidar que estas acciones tienen que ir de la mano políticas encaminadas a mejorar la cultura democrática de la ciudadanía con el objetivo de crear las condiciones socioestructurales de una democracia verdadera.

Bibliografía

Asies. (2013). Qué entendemos por partidos franquicia. En revista Momento año 28, No 3-  2013. Recuperado de  https://s3.amazonaws.com/asies-books/books/Momento-2013-3-Que-entendemos-por-partidos-franquicia.pdf

Sartori, G. (1985). La influencia de los sistemas electorales. Recuperado de https://cepchile.cl/cep/site/artic/20160303/asocfile/20160303184027/rev17_sartori.pdf

Nohlen, D. (1999). Sistema de Gobierno, Sistema Electoral y Sistema de Partidos Políticos : opciones institucionales a la luz del enfoque histórico-empírico. México, DF:Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación




Filgua (no se la pierda)

Anabella Giracca /

Un respiro… Atrapados en este caos que no termina, necesitamos de un espacio vivo, diestro a transportarnos. Limpio. Uno que nos lleve por un viaje cundido de viajes llamados libros. Posiblemente lo imposible. Caricia irreverente. Misterio de lunas llenas. Caminos, sobresaltos, vida. Calma y turbulencia. Sí, vivir lo que no hemos vivido; ser lo que no hemos sido. Hablo de una pequeña ciudad de papel: la Feria del Libro 2018 en su XV presentación.

Nuevamente me encontré con un programa prometedor, ahora con la fascinante visita de Francia como invitado de honor. ¡Cuántas letras que compartir! Preparemos agenda para el viaje menos costoso de nuestra vida, del 12 al 22 de julio.

Desde su origen, Filgua ha sido una plaza en la que conviven la exhibición y venta de libros con actividades culturales dedicadas a la diversión, la educación, la capacitación continua de profesionales del mundo del libro y la promoción de la lectura. Auténtico ejercicio de humanización. Más importante que nunca porque de nosotros, solo de nosotros depende democratizar la cultura.

Según cuenta Raúl Figueroa, presidente de la feria, el esfuerzo consiste en impulsar el mundo de las ideas, de la información, de la promoción del desarrollo nacional de mercado del libro. Del intercambio con 50 académicos de la región. Podremos recorrer 157 stands dedicados a lo más reciente de la producción editorial nacional, centroamericana e internacional. Podremos contemplar el VIII Concurso Interescolar de Lectura; Filgua niños; actividades de formación dirigidas a maestros, estudiantes de magisterio, padres de familia y promotores de lectura. También el III Concurso Nacional de Bibliotecas Públicas para generalizar el acceso a los libros, hasta ahora, tan limitado; talleres, visitas de escolares, encuentro de escritores centroamericanos. Filgua cine con un amplio programa e incluso, Filgua música y presentaciones de novedades editoriales nacionales e internacionales.

Seguro que habrá novedades literarias, formativas y culturales para todas las edades y gustos. Suena bueno, ¿no? ¡Aplaudamos lo bueno!

No sé si usted ha asistido a otras ferias de libro, en distintos países… Pero esta, la nuestra, perfila fantástica. Un chance para caminar sobre el planeta, engullir imaginación, historia, ficción, drama, suspenso, romance y todo aquello que dignifica ese mundo de los pensamientos. Nos pertenece a todos, porque todos tenemos el derecho a ese baño de papel. Y de nosotros depende que así sea.

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/06/27/filgua-no-se-la-pierda-2/




Sobre independencia judicial

De vital trascendencia.

Anabella Giracca /

“Una judicatura de integridad inobjetable es la institución básica y fundamental que garantiza la vigencia de la democracia y la legalidad. Incluso cuando fallan todas las protecciones, un poder judicial de esas características ofrece al público un baluarte contra los atropellos a los derechos y libertades garantizados por la ley”. (Prefacio, “Los Principios de Bangalore sobre la Conducta Judicial”).

Luego de todo lo que hemos vivido; luego de la débil justicia subastada, ultrajada, manipulada, vendida, “encoimada”; luego de saber de tantos jueces vilmente atacados y asediados, claramente debemos comprender que los poderes judiciales en cada sociedad, deben evolucionar hacia la consecución y consolidación de su independencia, no como privilegio de los jueces, sino como derecho de los ciudadanos. Porque sí, es nuestro derecho contar con un sistema de justicia libre, que sea accesible, eficiente y previsible.

La propia Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce como fundamental el principio de que toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial.

Hay que insistir una y otra vez en que la independencia no se trata de un privilegio, sino de una responsabilidad vinculada a las funciones jurisdiccionales. El núcleo central del principio de independencia judicial es la total libertad del juez para conocer de las causas sometidas al tribunal y decidirlas. Debe ser tan libre, que tiene que lograr muchas veces ser libre de sí mismo: jamás cargar una decisión con sus propias convicciones personales. Es decir, debe ser además, imparcial. Pero ningún juez o jueza puede intentar ser imparcial si no cuenta antes con la independencia. Se complementan, sí, pero no puede haber verdadera democracia sin jueces soberanos. Y eso, me parece que nos compete a todos refrendarlo.

La confianza de la sociedad es esencial. Por ende, la percepción pública de la independencia judicial también es fundamental. Romper en nuestro imaginario, tan deteriorado, con la idea de una justicia siempre a merced de fuerzas e intereses provenientes de la oscuridad. Es hora de exigir colectivamente y de apoyar reformas sustanciales que nos garanticen libertad. Es hora de respaldar a jueces y juezas valientes, que no están a la venta.

Después de toda el agua que ha pasado debajo del puente, ¿se da cuenta de que los jueces, a la hora de defender la democracia y el Estado Democrático de Derecho, son funcionarios vitales? (Vital: que da vida).

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/06/20/sobre-independencia-judicial/




Expo Arte Semilla

Varios artistas y coleccionistas se han sumado al financiamiento colectivo de @msemillagt, con el fin de generar fondos que permitan seguir trabajando en la construcción de un proyecto político diferente.

 

 

 

 

 

 

 




Hablemos

Anabella Giracca /

Hablemos de vidas que se pudieron haber salvado. De aldeas enteras. Hablemos del más desolado abandono de Estado. Hablemos de la necesidad de una política que vaya de vuelta al humanismo. Hablemos del llanto de todo un pueblo.

En algún medio internacional se han preguntado si la actitud del gobierno ante la tragedia, es a causa de la indolencia, la incapacidad o la irresponsabilidad. Usted juzgue, porque hablamos de un Estado que se debe a nosotros. Este no es un tema de caridad. Aunque cuando no hay prevención, estrategia ni medidas de abordaje, lo que nos queda es eso, la caridad. Donar ropa, zapatos, comida, agua de la manera más solidaria que se haya visto, cuando esa avasalladora fuerza ciudadana también podría aprovecharse en medidas dirigidas por las instituciones responsables, preventivas, rutas de vigilancia, brigadas de atención continua en las áreas más vulnerables del país. En educación, programas, simulacros, gestión de riesgo. Todos involucrados. Todos unidos al servicio de un plan. Pero solo hay vacío. ¿Cuántos habitan los barrancos, las faldas, los asentamientos, las márgenes de los ríos? Hablemos de la indiferencia. Hablemos del olvido.

Lo cierto es que tantos están ahora pagando las culpas de la ignominia. Una vez más. Por muy duro que parezca, contamos con autoridades sumidas en su pequeño mundo, uno sin ventanas ni puertas.

Que esta lección de elegir a un puesto político a alguien que carece de formación, sea inolvidable. Porque la cosa pública tiene que tener más que imagen. Sin formación, capacidad y virtud de ser político para conducir a un pueblo, una persona está imposibilitada para hacerle frente a los grandes desafíos que enfrentamos. Se esconde en el efecto avestruz.

Pero lo peor de todo es que la imposibilidad de gobernar se extiende a las demás instituciones. Es una plaga. Esta misma falta de responsabilidad política se refleja en las personas designadas para ocupar otros puestos, sin dirección. Sin visión política del ámbito que les toca abordar. Y encima de todo, lo confiesan (Ministro de Ambiente confiesa no saber de ambiente). ¿Se dejaría usted operar por alguien que no tiene ni idea de medicina?

Ante nuestra vulnerabilidad ambiental, la estrategia es clave. Obligatoria. La prevención es imperativa. Imperdonable no contar con maneras de protección y reacción inmediata. Es que…, ¡nadie sabía qué hacer! ¡No sabían hacia dónde escapar del horror!

Hablemos de humanismo. Hablemos de lo que pudo evitarse. Compartamos el dolor y, sobre todo, la más profunda indignación.

 

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/06/13/hablemos/




Niñez al margen

¿Indignación como ira, o como vergüenza? 

Anabella Giracca /

Para acercarse a la posibilidad de un crecimiento integral y sostenible, una sociedad debe al menos comprometerse con su niñez. Pasa por un deber planetario que hoy ve en ella un valor merecedor de la más alta dedicación. Esto representa un ejercicio social capaz de desmontar la estigmatización y los prejuicios. En pocas palabras, rescatar nuestra humanidad. Acá no se trata de masificarnos todos bajo un mismo molde, sino de democratizarnos. Y para ello no hay forma más franca que amarrar nuestro abrazo y empezar a pensar en los niños. Pero al parecer, estamos en la era del hielo cuando de nuevo nos enfrentamos a cifras desgarradoras que no pueden, no deben bajo ninguna circunstancia, pasar desapercibidas. ¿Cómo puede ser posible que aquí los niños pierdan su infancia?

Un informe reciente de Save the Children generó este titular: ¿El peor país para ser niño?(Prensa Libre, 2/6/2018). Son tres los índices o aspectos sociales en los que se enfocó el estudio. Y Guatemala genera cifras alarmantes en materia de explotación laboral infantil, exclusión educativa y matrimonios infantiles. Por ejemplo, tan solo en el primer trimestre de este año se reportaron 325 embarazos de niñas menores de 14 años. En cuanto a escolaridad se refiere, al menos uno de cada cuatro niños no asiste a la escuela. Pero según un experto entrevistado en este tema, Leonel Dubón, 4.2 millones de niños están fuera del sistema educativo. Si además de esos tres factores tomamos otros indicadores, se entiende por qué aquel lastimero titular ofrece básicamente una respuesta con su propia pregunta. La impunidad en temas de niñez está por arriba del 94 por ciento. Casi la mitad de todos los niños guatemaltecos menores de cinco años sufre desnutrición crónica; 30 por ciento es la tasa de mortalidad infantil; ¡126 niños han muerto por estrangulación, decapitación, balas o arma blanca hasta marzo de 2018! ¿Cómo puede calificarse una sociedad en donde se decapitan o se estrangulan a sus niños? Un Estado democrático está obligado a proteger a su niñez, a garantizar medidas de largo alcance de prevención, educación, salud. Servicios básicos capaces de garantizar la equidad, porque jamás olvidemos que un Estado que discrimina a través de su atención desigual, está condenado al fracaso. Hoy, los niños pagan con su vida la crueldad sistemática de un Estado que abandona. Un Estado racista que permite que sean los niños indígenas quienes viven peor. Y esa tragedia sostenida, nos tiene que indignar. ¡Mucho!

 

Referencia: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/06/06/ninez-al-margen/




Banca estéril

Félix Alvarado /

Hace un par de semanas, ¡al fin!, el Movimiento Semilla obtuvo una cuenta de banco para recibir donaciones.

Por casi dos años, ni un solo banco quiso abrirle a Semilla una cuenta por considerar a dicha organización una «persona expuesta políticamente». A pesar de ser la banca un servicio público, así esté en manos privadas. A pesar de no figurar los comités proformación de partido en la lista de tales personas y de que la responsabilidad de los bancos es «identificar y conocer a sus clientes», no ignorarlos. Y no solo a Semilla.

Revisemos. En una economía moderna, cualquier transacción incluye tres hechos. Primero, la transacción real: Juan le vende a Pedro una gallina, que cambia de manos. Luego, el movimiento del dinero que Pedro le da a Juan por esa gallina. No es trueque, en el cual Pedro entregaría otro objeto real (una camisa, por ejemplo), sino simbólico. Pedro le entrega a Juan unos papelitos con números. Gallina por números.

Finalmente está el registro de la transacción. En la modernidad, el registro es simbólico: la contabilidad de Juan anota «una gallina menos» y «Q75 más». Y con Pedro, al revés. Es fácil confundir esto con el segundo hecho, pero, mientras el dinero cambia de manos, el tercer momento solo lo registra.

En última instancia, es el primer hecho el que cuenta. Lo importante es la gallina. Los billetes y la contabilidad no ponen huevos. En segundo lugar, importa el dinero, que sirve para iniciar otras transacciones reales. Con el dinero de la gallina Juan compra una camisa de verdad. Aun el banquero, que vive de comprar y vender dinero, cambia lo ganado por cuadros de Van Gogh. Solo el idiota —otro nombre para el avaro— se conforma con aumentar su dinero y quiere morir con el máximo posible de este.

No entender esto es perder de vista lo importante que, repito, es la gallina. Pagar por ella es necesario. Y registrarlo ayuda a llevar cuentas, nada más. Sin embargo, como aprendió duramente Semilla, los bancos han perdido de vista esta obviedad. Y no estorban solo a Semilla. Estorban a cualquiera que hace negocios, desde el dueño de la carreta de shucos hasta el inversionista global. No es que los bancos no quieran traficar con riesgos políticos. Es que no quieren traficar.

Lo importante es la gallina. Los billetes y la contabilidad no ponen huevos.

Todo se resume en una palabra: no. ¿Puedo abrir una cuenta? En principio, no. No hasta que traiga un fajo de documentos. ¿Quiere abrir otra cuenta? No. No hasta que traiga de nuevo todos los mismos documentos (parece que los bancos no confían en sus propios registros). ¿Quiere abrir una cuenta en dólares? No. No se puede si antes no ha abierto una cuenta en quetzales. Y no. No la puede abrir a menos que pase seis meses con la cuenta en quetzales. Y si no mueve la plata, le desactivamos la cuenta.

Tanto ahínco en la denegación de servicio es explicado con que eso combate la corrupción y el narco. Esto es absurdo. Para cuando alguien busca depositar dinero (que responde al segundo de los tres hechos mencionados arriba) ya realizó la transacción real —legal o ilegal— que generó ese dinero. Lo único que se consigue con estorbar la apertura de cuentas es que el dinero ilegal e incluso el dinero legal circulen de manera informal. Y va la DEA a perseguir fardos de billetes pudiendo controlar flujos digitales.

Combatir el lavado de dinero y la corrupción no requiere estorbar la bancarización. Requiere identificar e investigar las transacciones ilegales y dolosas. Esto se facilita captando a todo mundo en la banca. Es investigar a los usuarios, sí, pero como hecho real, no cumpliendo requisitos que solo certifican que alguien tuvo acceso a una fotocopiadora. Primero hay que meter el dinero en la economía formal, hay que bancarizar a todo mundo: políticos, comerciantes, ciudadanos.

Al dificultar la apertura de cuentas, los bancos meten la cabeza en la arena, se eximen de prestar el servicio público del que son responsables y contribuyen a que el dinero, tanto limpio como sucio, circule informalmente. Sin pagar impuestos, sin potenciar la inversión. La Fundesa y su índice Doing Business, el Movimiento Semilla, el vendedor de shucos, el fisco y los anticorruptólogos de la Embajada tienen en esto causa común. Y para la Superintendencia de Bancos, entiendan: no basta emitir normas contra el lavado de dinero. Hay que democratizar la banca. Asegurar que los ciudadanos abran cuentas de banco y pongan su dinero en ellas. Luego podrán perseguirlos, si se lo merecen.

Referencia: https://www.plazapublica.com.gt/content/banca-esteril




De la crisis a los maestros que necesitamos

Daysi Caal /

Soy docente, esta experiencia me lleva a entender varias situaciones complejas en el ámbito educativo. No considero que esté mal pelear por un salario que corresponda a la ardua labor que algunos docentes hacen, sobre todo  los que se esfuerzan en llegar hasta las comunidades más lejanas.  Aunque hay algunos que nunca ponen un pie en la escuela y “no hacen anda”, esto no es indicio a que todos seamos malos. Sucede que algunos critican la educación desde lo subjetivo, desde las percepciones personales.

Nos falta entender a la Educación como una ciencia.
El hecho de criticar a las masas andantes detrás de un fantoche que organiza marchas, no nos hará mejorar la situación. Considero que hay tres aspectos que no están funcionando:

Primero, educar retomando el “edúcales o padécelos”. Cuando estudiaba la carrera de Magisterio, ya se estaba implementando el uso de competencias, que en su momento no entendí, sino hasta la aplicación en la práctica y la llegada a la universidad donde tuve algún buen docente que me educo a manera que pudiera ser consistente en mis ideas y en querer hacer las cosas bien. Pero hoy en día veo a algunos compañeros docentes perdidos en el uso del CNB (Currículo Nacional base)  por dos situaciones: o porque no les fue claro el aprendizaje y están sufriendo de ignorancia por no ser autodidactas y así mejorar. O aún peor,  porque se les fue enseñado como correspondía pero no lo aplicaron. En ese caso, la culpa es de los maestros.

Montaigne dice que “el niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso entender”. Ese fuego que sea luz para otros, y que no se quede en el mal de la ignorancia. Lastimosamente, tenemos muchas deficiencias en la educación, pues se debe educar desde la individualidad de cada estudiante para capacitarlo en la construcción de su propia existencia. Quizá ello sea el mayor desafío que como seres humanos nos toca enfrentar ya que si esto no se logra, no se logra orientar la educación hacia el desarrollo de la persona.

Segundo: el sistema.  La educación en nuestro país, tiene rasgos desastrosos desde el sistema político y legal. Aunque tengamos políticas geniales, no somos capaces de exigirlas. Por ejemplo, en la Ley de Educación, se habla de formar seres integrales y capaces de hacer ciencia, tecnología y otras áreas. Sin embargo, hay un gran vacío porque no se cuenta con docentes especialistas  que puedan trabajar en áreas como Expresión Artística, Filosofía o Matemáticas, la cuales están siendo atendidas por profesores en enseñanza media sin verificar su perfil de egreso. Otro ejemplo, es que dentro de las políticas educativas de este gobierno, se habla de cobertura pero en la realidad, hay docentes que atienden grupos de 30 hasta 50 estudiantes por grado. 

Agregándole a esto, tenemos un grupo empresarial que exige 180 días de clases detrás de un escritorio, cuando no conoce las condiciones de las comunidades y las precariedades que se tiene. No es que esté en contra, pero hace falta mucho más que fiscalizar, teniendo la oportunidad de implementar otras estrategias para coadyuvar a mejorar y dar calidad educativa.

El tercer aspecto es el técnico. Suelo ser romántica al decir que la educación puede ser motor de cambio para un país. Pero en esta parte, no se debe hablar románticamente sino desde la realidad. Venimos fallando desde las estrategias planteadas para mejorar la calidad, hasta el hecho de decir que se debe “dignificar al magisterio”. Veámoslo en los resultados que estamos obteniendo en las pruebas diagnósticas, los resultados son preocupantes. Hemos caído en el subjetivismo cognitivo y moral con el pretexto que la educación es para la realización y la felicidad de cada individuo (en dado caso para conseguir un empleo).

El problema en resaltar la individualidad aplastante es que se rompe con el sentido humanístico que como técnica debemos mantener nosotros los docentes. Somos solo algunos docentes autónomos los que lo hemos aprendido y deseamos hacer “algo para mejorar o corregir ciertos vicios” aunque nos vean como los malos del cuento.

Sé decir que no me gustan los comentarios que leo en las redes diciendo que los maestros somos huevones y no sé qué otra cosa más. Pero la realidad, es que no nos enseñaron a ser buenos profesores y profesoras. Algunos pasamos de panzazo y no lo digo por la notas, sino porque no nos enseñaron a pensar, a ser un tejido fuerte capaz de comprender diferentes personalidades y desarrollar la inteligencia emocional.

La sociedad dice mucho de los maestros, pero también le corresponde como padres de familia, miembros de comunidades y organizaciones, no solamente fiscalizar el tiempo sino también los contenidos y las aplicaciones de los fines y principios de la educación. Siendo congruentes, necesitamos promover una actitud colectiva, donde todos en conjunto exijamos y hagamos una transformación educativa desde las estructuras organizacionales hasta el sistema.

“Hay mucho por hacer, debemos capacitarnos, ser autodidactas y creer que podemos aun dignificar al gremio magisterial, no solo por un pacto colectivo; sino por la calidad educativa. Pero nos corresponde a todos”.

Referencia: http://brujula.com.gt/de-la-crisis-a-los-maestros-que-necesitamos/