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¿Cuántos más?

 

Anabella Giracca /

Lo que dejamos de hacer.

Parafraseando a Javier Marías: Cuando nos preguntan quiénes somos, contamos los grados obtenidos, los premios recibidos, los hijos y viajes realizados. Cuando, en realidad, no nos damos cuenta de que muchas veces, somos más lo que dejamos de hacer. Somos eso que quedó pendiente. Ese beso que no dimos puede marcarnos más que el cúmulo dado en nuestra bitácora.

Como anillo al dedo: Guatemala es resultado de lo que se ha dejado de hacer. Sistemáticamente. De esos “pendientes” que duelen cotidianamente.

¿Cuántos accidentes más, en manos de cabezales conducidos por la muerte hay que esperar, para tomar medidas serias de controles, prohibiciones y verificaciones? ¿Cuántas víctimas más, pasajeras de la muerte?

¿Cuántos niños y jóvenes más hay que perder en el sistema escolar, año con año, por la caída sistemática en cobertura, para tomar medidas de emergencia?

¿Cuántos bosques más vamos a esperar que se talen, para entender el riesgo ambiental en el que vivimos?

¿Cuántos brotes de enfermedades caducas debemos esperar que afloren, antes de vacunar a tiempo a la población infantil?

¿Cuántos lagos y ríos más tenemos que matar, para aplicar severamente acciones que permitan controlar y sancionar férreamente la contaminación?

¿Cuántos jóvenes más queremos ver arrinconados en prisiones desbordadas, para invertir más en educación básica y en programas alternativos de atención a la juventud?

¿Cuántas niñas más embarazadas tenemos que ver rebalsando estadísticas, para instalar en el sistema educativo modelos de aprendizaje que tomen en cuenta la orientación sexual?

¿Cuántos pilotos más tienen que morir, antes de aplicar medidas efectivas de seguridad (contundentes) para
combatir la extorsión?

¿Cuántos ejemplos más necesitamos, para reaccionar colectivamente contra las fuerzas articuladas de poder que neutralizan la lucha contra la corrupción?

¿Cuántos niños más tienen que morir de hambre, para que se apliquen drásticas políticas alimentarias más allá de la caridad y el asistencialismo?

¿Cuántos años más vamos a seguir soportando los efectos de la vieja política, donde siguen llegando al poder funcionarios bestiales y pervertidos? (Aló alcalde de Patulul).

¿Cuántas niñas más con rostro de “Hogar Seguro”?

Prevenir es primordial condición de la nueva política. Es planificación. Es visión. Es dejar atrás los rezagos del pasado. Prevenir es tomar precauciones, medidas por adelantado para evitar daño, riesgo, peligro. Eso a cambio de la política de parches, sin programas ni norte. ¡Exijamos!, para evitar seguir siendo ese beso pendiente.

Columna de opinión tomada de El periódico
Ver texto original: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/03/07/cuantos-mas/




Reinventarnos

Anabella Giracca

El presidente está solo.

Hablar de soledad en política es un asunto que hay que tomar con absoluta seriedad. Quiere decir muchas cosas. Decir, por ejemplo, que el presidente arribó al “trono” sin un equipo articulado que le hiciera frente, con coherencia y eficacia, al Estado calamitoso que tenemos. Quiere decir que las compañías que eligió a la hora de ponerse la banda, eran oportunistas y equivocadas.

Los tránsfugas que sumó a su flaco caudal, como una de sus primeras contradicciones (error garrafal) políticas, es un ejemplo vivo de ello. Implica que creó un Frankenstein que se ha ido desgranando por pedazos…, y ahora…, muchos aseguran que está solo.

Para implementar la añorada “nueva política”, sin duda que se requiere también de un nuevo ciudadano. Uno dispuesto a cerrar círculos y reinventar su propia cultura política. La que elija cuadros y no caudillos. Equipos y no figuras trasnochadas que abusan del teleprónter, del maquillaje, del photoshop y de los montajes con ancianos abandonados.

La ciudadanía es capaz de cerrar círculos antepasados y enterrar el presidencialismo que tanto daño le ha hecho a nuestra democracia. Donde el presidente para amándose a sí mismo y a sus dificultades íntimas, a costas de responder con entrega a su mandato. Termina comprando con nuestros impuestos carajadas personales por miles y miles (imperdonable). Cobra sueldos “bonos”. Pasa por encima de tratados y acuerdos internacionales para resolver sus problemas personales. Tal es el caso de su más equivocada acción política: Haber declarado persona non grata a Iván Velásquez en un claro conflicto de interés.

El presidencialismo los vuelve Narcisos. Pero ojo, que el narcisismo es un mal que se caracteriza por la grandiosidad, la megalomanía, el orgullo, el egoísmo y la falta de empatía.

Sí, hablar de soledad en política es cosa seria. Es saber que estamos en manos de medidas particulares a costas del bien común. Es saber que dependemos de temperamentos. Es saber que tenemos un presidente copado de sanguijuelas que se sirven banquetes de su “soledad”. Es tener que escuchar tantos discursos vacíos que tienden a verlo todo desde su ombligo. Porque, ¿está solo? La pobreza no entra, la desigualdad no entra, el hambre no entra por su ventana vacía.

Derrumbar el paternalismo, el caudillismo, el presidencialismo, el colonialismo, el clientelismo es un reto ciudadano. Aspirar a cuadros, a equipos, a ideas es nuestro mayor reto. Evaluar propuestas y fomentar el pensamiento crítico nos blindará del oportunismo, del fraude y de la inmediatez. ¡Reinventarnos es la meta!

Columna de opinión tomada de El periódico
Ver texto original: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/02/28/reinventarnos/




Decálogo ético

Título: Decálogo Ético
Autor: Movimiento Semilla
Temas: 10 principios éticos del Movimiento Semilla
Páginas: 6
Formato: PDF

 




Bifoliar informativo de Movimiento Semilla

Título: Bifoliar informativo
Autor: Movimiento semilla
Temas: Información general de Movimiento Semilla
Páginas: 2
Formato: JPG

 




Principios y fundamentos ideológicos

Título: Principios y fundamentos ideológicos
Autor: Movimiento semilla
Temas: 5 principios
Páginas: 29
Formato: PDF

 

 




José Pablo Menchú Jiménez

Secretario General Adjunto
Guatemalteco
Estudiante
22 años
jose.josepablo@gmail.com

Estudiante de ciencia política y parte del movimiento estudiantil. Interesado en la participación política de los jóvenes, en la diversidad de espacios desde las aulas universitarias, movimientos sociales y grupos de la sociedad civil.

Me integré al Movimiento Semilla porque considero que la participación política es la mejor forma de construir un país diferente, donde las instituciones públicas funcionen para el beneficio de todos los guatemaltecos. Estoy convencido de que la política verdadera se tiene que hacer desde la ética y los valores humanos. Creo firmemente en la equidad de género y la participación de los jóvenes en los espacios de incidencia.




Samuel Andrés Pérez Álvarez

Samuel Andrés Pérez Álvarez

Secretario General
Guatemalteco
Economista
25 años
saperezalvarez@gmail.com
Economista graduado con el reconocimiento a la Excelencia Landivariana por la Universidad Rafael Landívar (URL), maestrando en gestión pública en la Escuela de Gobierno, con estudios en política y economía social de mercado. Columnista de opinión en Nomada.gt. Integrante y secretario general del Movimiento Semilla. Integrante fundador de la Coordinadora Estudiantil Universitaria de Guatemala (CEUG) en 2015, presidente de asociaciones estudiantiles de la URL en 2013, 2014 y 2015. Ha sido consultor en temas de seguridad alimentaria, asesor técnico en el Ministerio de Economía, asistente de investigación en el ICEFI y actualmente es profesor e investigador en el Instituto de Investigaciones IDIES de la URL.




#YoNoSoyImpunidad

Anabella María Giracca Méndez

 

La Carta de Derechos de las Personas Ante la Justicia en el Espacio Judicial Iberoamericano, (conocida como la “Declaración de Cancún”), presenta ideas centrales que, ante la severa crisis que sufre nuestro sistema, vale la pena retomar: 

Es cardinal el derecho de la población a tener acceso a una justicia independiente, imparcial, transparente, responsable, eficiente, eficaz y equitativa.

La dignidad de la persona y los derechos que le son inalienables demandan la institucionalización de principios básicos que protejan a las personas cuando reclamen justicia. Y esos principios son:

Una justicia moderna y accesible a todas las personas. Una justicia transparente. Una justicia comprensible. Una justicia atenta. Una justicia responsable ante el ciudadano. Una justicia ágil y tecnológicamente avanzada. Una justicia que protege a los más débiles.

Si estos principios son aplicables a la justicia en general, imaginemos el grado de exigencia que se requiere cuando se trata de la justicia en materia penal. Comprendo que la vasta mayoría de delitos tipificados en nuestra legislación son de acción pública. Es decir, solamente el Ministerio Público, en representación del Estado de Guatemala, o mejor dicho aún, del anhelado Estado de Derecho de Guatemala, puede ejercer la acción penal y por ende, debe afanarse en todo momento en que la justicia que busca materializar por medio de sus acusaciones, coadyuven con el cumplimiento de esos principios.

Así, queda evidenciada la enorme transcendencia que tiene la Fiscalía General en un Estado Democrático de Derecho. Porque, al fin y al cabo, lo que se debe buscar con la justicia es intentar, con todo esfuerzo, saber la verdad.

Estamos por presenciar la elección de uno de los cargos más delicados y trascendentales en momentos en los que los poderes oscuros insisten en afianzar sus raíces. Esos que unen fuerzas perversas para seguir desangrando aún más a nuestro país anémico. ¡No nos engañemos! Retomemos las raíces, todos, vamos a lo básico y toral. La Fiscalía General de la Nación debe seguir siendo ocupada por quien demuestre, entre otras cosas, el mayor grado de comprensión de lo que significan aquellos principios básicos de justicia.

Porque aunque no es quien resuelve, interviene inexcusablemente en la resolución de los casos. Insisto, con un solo fin: luchar por conocer la verdad, y por medio de ella, llegar, tarde o temprano, a la paz que tanto añoramos. La fórmula es avanzar, jamás retroceder.

  Columna de opinión tomada de El periódico Ver texto original: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/02/14/yonosoyimpunidad-3/




Al amigo

Anabella Giracca /

En momentos difíciles.

“Guatemala enfrenta tres problemas especialmente serios en materia de empleo y que incluyen a) limitada inversión, que se refleja en una generación de empleo decente absolutamente insuficiente, b) escasa transformación productiva, que se refleja en una productividad laboral estancada y c) la persistencia del empleo informal basado en trabajo por cuenta propia, en microempresa, o en un aumento del empleo asalariado en condiciones de trabajo sumamente precarias”. (Consultoría para la OIT, febrero 2018).

Palabras extraídas de uno de los tantos estudios que Juan Alberto Fuentes Knight ha realizado durante su talentosa trayectoria y que han sido generadores de pensamiento crítico a nivel internacional. Sin duda, un importantísimo referente de las ideas.

“La posibilidad de llegar a acuerdos territoriales o sectoriales de inversión podría asegurar mayor certeza y menores riesgos empresariales, derechos laborales garantizados (sin salarios diferenciados por área geográfica), consultas y acuerdos con las comunidades para impulsar proyectos de desarrollo social y productivos (público-privados), tomando en cuenta Convenio 169, y una para asegurar apoyo técnico y resolución de conflictos”. Hablo de un conciliador por naturaleza que busca la propuesta, el acuerdo, el diálogo permanente y democrático.

“Guatemala enfrenta tres graves problemas en relación al empleo y los salarios, que incluyen insuficiente inversión y empleo, baja y estancada productividad y la informalidad de una gran proporción de la actividad económica, que se extiende al ámbito de las condiciones de trabajo. A ello se suma un Estado sin la capacidad de implementar propuestas para enfrentar estos problemas”.

Hablo del intelectual de cepa y del comprometido por vocación. Quien con su entrega y visión colectiva, ha soñado con los cambios sustantivos que nuestro país necesita. Su capacidad para hacerle frente a múltiples situaciones complejas con ética, templanza y madurez han forjado en él ese liderazgo que lo caracteriza.

Su experiencia laboral ha sido remarcable. Juan Alberto tuteló durante años el trascendental Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, donde incursionó con valentía en Pueblos Indígenas, Desarrollo Rural, entre otros. Y es que él es uno de esos pensadores particularmente coherentes, aferrado al combate contra la inequidad y la injusticia; demócrata (como ninguno) de corazón. Una vida modesta y común, a la entrega de lo que todos añoramos: El cambio.

Hoy mi empatía, mi solidaridad con el hombre que enfrenta momentos tan difíciles. Con el amigo.

Columna de opinión tomada de El periódico
Ver texto original: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/02/21/al-amigo/




La vieja política

Anabella Giracca /

Proteger a la verdadera democracia (principios y valores) de la falsa democracia (vieja política). Recientemente un diputado comentó que no entendía de qué se trataba la vieja política. “No logro diferenciar”, dijo… Acá una ayudita, señor diputado: Vieja política: Llega al poder sin plan ni equipo de trabajo. “Apaga fuegos”. No cuenta con ideas desarrolladas. Cae en la inmediatez. No vislumbra políticas de mediano ni largo plazo. Sin hoja de ruta.

Vieja política: No cede la estafeta. Se instala en el poder por los siglos de los siglos.
Vieja política: Niega la paridad y la alternabilidad.
Vieja política: Se esconde en discursos y fachadas. Infla datos, busca excusas y no actos. Cultura de la imagen y falsa propaganda. Se victimiza.
Vieja política: Nepotismo. Reina la incompetencia y la mala gestión pública. Corrupción.
Vieja política: No tiene ideología. Impera llegar al poder por el poder mismo para beneficio personal. No tiene idea desde qué perspectiva resolver los grandes problemas nacionales. Sin brújula.
Vieja política: No se familiariza con la empatía. Es racista. Su aspiración es mantener la hegemonía del poder. (Colonialista).
Vieja política: No fomenta la democracia interna.
Vieja política: Sustituye lo colectivo por lo individual. No comprende la equidad.
Vieja política: Hace uso y abuso de la pobreza. Ve al ciudadano como un objeto y no como un valor.
Vieja política: Ignora la ética y los principios. Responde a intereses espurios. No hay entrega ni sacrificio.
Vieja política: Practica la cultura de la piñata. Con palo en mano para sacar del Estado cuanto sea posible sin importar las demandas ciudadanas.
Vieja política: Gatopardismo. Hace como si se hace para que todo siga igual.
Vieja política: Se aprovecha de las “bases” y sus reivindicaciones, para luego invisibilizarlas. Criminalizarlas.
Vieja política: Se vende al mejor postor. Sin escrúpulos. Tránsfuga. Afronta y niega la voluntad popular.
Vieja política: Cacicazgo. Es paternalista exacerbada. Se hipnotiza con el poder, se cree dueña. Responde a problemas de raíces profundas con caridad y dádivas. Tiende a ser asistencialista y jamás busca soluciones profundas a problemas profundos.
Vieja política: Financiamiento ilícito. Opaco. Oculto. Llega al poder a pagar deudas y favores. Alianzas perversas.
Vieja política: Opacidad, transa, rosca, negocio, indiferencia. ¡Pacto perverso! Controla y devasta por su

impunidad.
Vieja política: Ofrece el cielo para profundizar las grandes miserias.

¿Coincidencias?
Y mientras tanto…, el hambre.

Columna de opinión tomada de El periódico
Ver texto original: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/01/17/la-vieja-politica/