Ladrones de tiempo: ¿signo o causa del subdesarrollo?
El tiempo es dinero, el tiempo es oro, el tiempo perdido hasta los santos lo lloran. Tenemos varios dichos que hablan sobre el valor del tiempo, a pesar de ser una de las “mercancías” menos valoradas.
Y es por esa razón que me sorprende que cada vez una persona en el tráfico se mete al final de una larga fila de carros hay alguien que sin falta le da paso *inserte emoji de facepalm aquí*.
A estas personas que no respetan la fila me gusta llamarles los “ladrones de tiempo”.
Todos hablamos sobre “ganar tiempo; perderlo o ahorrarlo, pero en realidad, el tiempo es algo tan ajeno a nuestro manejo, que ni siquiera podemos guardarlo. Interesantemente, aunque no hay manera de guardarlo, sí hay manera de robarlo. Hace mucho tiempo que quiero escribir sobre esto. Cuando regresé a Guatemala, ya como una (pseudo) adulta, me di cuenta que el tráfico en Guatemala se había convertido en un tema importante entre los guatemaltecos. El martirio que el citadino sufre por las interminables colas y las horas de camino desde y hacia su casa y trabajos, están en cada conversación del día. A pesar de que todos sufren el tráfico por igual, no falta el “listo” que se va paralelo a la fila hasta llegar al final y logra colarse para pasar primero sin haber “hecho su cola”. Los ladrones de tiemposon aquellos que toman ventaja de una situación y sin escrúpulos, toman un lugar que no les corresponde. Uso el término “ladrón de tiempo” porque al no haber llevado el debido proceso (entiéndase una fila, un proceso legal, un concurso), le está “robando” el tiempo a todos los demás expectantes que sí siguieron los pasos requeridos. Un ejemplo clásico puede ser cuando vamos en el tráfico y nos encontramos en un embudo o en un carril que se incorpora a otro; lo lógico es unirse a la fila de autos y esperar a que sea su turno para entrar al nuevo carril. Pero hay personas que en lugar de tomar el lugar que les corresponde, se mueven hasta el principio y esperan que les den lugar. No sé en realidad quién es peor. Si el que hace el mal o el que lo permite; pues si nadie les diera paso, estas personas dejarían de saltarse la fila.
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Según varios estudios realizados, una persona pasa en promedio, cuatro años de su vida haciendo filas (y si es en Guatemala, probablemente sean como 6 años más en el tráfico). Si lo ponemos así, podríamos decir que la persona que se ahorra tres minutos saltándose la fila, casi literalmente, le está robando su vida. ¿Cómo? Tomando ese puñado de minutos extra que le toma el llegar al final de la fila e incorporarse a ella. Multipliquemos eso por 3 veces que eso puede pasar en el día mientras estamos en tráfico. Por 30 días del mes. Por 12 meses del año. Por 78 años que es la expectativa de vida promedio en Guatemala. Esas veces por un promedio de 3 minutos cada uno. Dividido 60 minutos en una hora, dividido 24 horas en el día, dividido 30 días en un mes.
Igual a 5.85 meses
Esta clase de persona, en promedio, le estará robando casi medio año de su vida en total. Pero ahí no queda todo, a eso hay que agregarle que esa persona se va, nunca más la volverá a ver, y usted, seguirá en esa fila de automóviles… esperando.
¿Por qué traer este tema a la mesa? Porque si queremos llegar a ser una sociedad desarrollada, teniendo índices de desarrollo y felicidad de los más altos, debemos empezar por seguir reglas y procesos. Es imposible seguir con la característica cultural generalizada de “ser el más vivo” a costa de las reglas y el respeto ajeno, y esperar que eso nos lleve a avanzar como cultura. Por más cliché que esto suene, debo decirlo: si queremos que haya un cambio integral en nuestro país, debemos empezar por nosotros mismos; pero no sólo con no hacer estas cosas, sino con no permitirlas, denunciarlas y educar al vecino del por qué ellos tampoco deberían permitirlo. Los ladrones de tiempo son un problema latente en nuestra sociedad.
¿La buena noticia?
Está en nosotros cambiarlo.
Referencia: https://nomada.gt/blogs/ladrones-de-tiempo-signo-o-causa-del-subdesarrollo/