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La meta de adhesiones, el primer paso del largo plazo

Samuel Pérez Álvarez
Secretario General / 

La construcción del Movimiento Semilla ha sido radicalmente diferente a la de los partidos tradicionales, con innovaciones en transparencia, superando reglas del juego perversas, casi sin financiamiento y con un contexto particularmente adverso a la participación. El camino ha sido largo y apenas empieza. Este recorrido ha sido revelador, no sólo para conocer vicios del sistema político, sino que también descubrir que quizá no es el financiamiento electoral ilícito el pecado original de la democracia en Guatemala, sino la etapa de constitución de los partidos. Por otro lado, nos ha tocado construir en un contexto en el que nuestro país atraviesa una coyuntura crítica en la que la política tradicional está convaleciente y la política diferente está por surgir, y nos disponemos a ser partícipes en esta transición.

Construir partidos políticos de forma correcta y transparente parece ser la excepción en Guatemala. La opacidad, la jerarquía, el caudillismo, la falta de democracia interna y las barreras de entrada son las reglas en el sistema político que nos da como resultado instituciones públicas llenas de corrupción e incapacidad. Esto lleva a concluir que, si bien es cierto que el financiamiento electoral ilícito es el problema principal en la etapa electoral, la absoluta opacidad e impunidad en el período de conformación de los partidos políticos es el origen del problema, pues finalmente, a la papeleta llegan los partidos que logran superar estas barreras de entrada al sistema.

Pero estas reglas son hackeables cuando el contexto, la convicción, la capacidad y la voluntad política se combinan. Este ha sido el caso con el Movimiento Semilla en este momento de la historia política del país. Innovaciones como ser el primer y único Comité Proformación de Partido Político con NIT y cuenta bancaria, romper esquemas tradicionales de toma de decisiones desde arriba, participación por convicción y no por transacciones económicas no son casualidad, son decisiones políticas, y son las características que permiten sentar las bases para la existencia de un partido político institucional.

La construcción formal de Semilla como comité para convertirse en partido la iniciamos en mayo de 2017 con la convicción de proponer soluciones para el país y con dos grandes retos legales: 22,700 firmas de adhesión y organización territorial en 50 municipios. Inicialmente bajo un esquema voluntario, pero que por las restricciones sobre condiciones económicas nos impidieron superar el promedio de 1 mil adhesiones mensuales. En febrero de 2018 migramos a un esquema de equipos de Semilla con viáticos para poder mitigar gastos no contemplados en los presupuestos individuales, y logramos un promedio de 4 mil adhesiones mensuales de personas que se unen voluntariamente. Lo anterior, combinado con el trabajo por convicción de equipos organizados desde los territorios en todo el país, con todas las capacidades y cualidades de reemplazar, bajo mecanismos democráticos, a los corruptos en el poder. Gracias a este trabajo, hoy llegamos a la meta de adhesiones.

Comprender los tiempos es fundamental. Si bien es cierto que la inscripción de un partido político verdadero en Guatemala lleva tiempo, las transformaciones profundas del país llevan más. Hoy damos el primer paso en un camino de largo plazo, iniciaremos el proceso de asambleas con fuerza y entusiasmo para armar el partido pronto, pero con la seguridad de sentar las bases con suficiente solidez para trascender en el tiempo.

Nuestro país está pasando por un período de transición visto pocas veces en nuestra historia política, donde se abre una oportunidad enorme para girar el rumbo y rescatar a Guatemala de un seguro declive al que lo llevan quienes han ejercido el poder por el poder. Sin asumir homogenización, hoy tenemos una oportunidad de articular demandas compartidas por diversos sectores, rescatar las instituciones públicas de las garras de la corrupción y la incapacidad, empezar a atacar los problemas estructurales y un sinfín de temas compartidos. El camino no es fácil, cada decisión también implicará costos de todo tipo, pero para poder empezar a pensar el futuro con entusiasmo es fundamental involucrarse. Los problemas del país han sido construidos históricamente, y tenemos en nuestras manos la oportunidad de empezar a escribir una nueva historia. Con el Movimiento Semilla hacemos nuestra parte y vamos para adelante con determinación y ánimo, bienvenidas todas las personas que compartamos esta visión.