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“Servidores”

Anabella Giracca /

Inventar la cura.

Como si fuera poco, muchos telones se abren para mostrar actos nefastos: Un alcalde borracho cayéndose frente a su pueblo, en medio de insólitas carcajadas; otros haciendo pulsos en plenas reuniones “de Estado”, para exponer camisas desabrochadas y lucir frondosos músculos; otro abusando de un joven en imágenes espeluznantes de tortura (¿lo están juzgando?); otro que se filma defecando en una escena tan grotesca y simbólica que es digna de analizar a profundidad; otro que se graba teniendo relaciones sexuales… Todo es aberrante, denigrante. El daño que le hacen a la sicología social es indescriptible. Estamos enfermos, sin duda, y debemos inventar la cura.

La nueva política consiste justamente en aplicar nuevas formas. En combatir un servicio civil pervertido políticamente y caduco. Uno que está cooptado por la corrupción. Uno resultado de malas prácticas, cuyas consecuencias lamentamos día a día con estos casos emblemáticos, pero que evidencian también los grandes vacíos donde el mérito y la capacidad no valen nada.

La cultura política clientelar es premiada. Hace “guetos”. Recicla el amiguismo, el nepotismo. Subasta al Estado. Como resultado, pues vemos cantidad de pueblos y ciudades colapsadas, con hambre, repletas de basura, sin urbanismo apropiado para sobrevivir con dignidad.

La importancia de una carrera del servidor público, hecha para formar ciudadanos con las capacidades necesarias de servir con ética y conocimiento, es urgente. Porque el servidor público le da vida a la institucionalidad. La hace relucir o la oscurece. Y ahora, las nubes negras nos cubren. Están en nuestro cielo.

Requerimos a gritos de un sistema de servicio civil basado en el mérito, con las mejores personas, pero también de una ciudadanía libre para elegirlas. Sin presiones, sin permitir que los partidos políticos hagan más uso y abuso de la pobreza y sigan utilizando cargos para profanar. Se sabe de municipios con un único candidato a alcalde, porque los probos y preparados no están en condiciones de competir frente a esas máquinas feroces que arrasan con la democracia.

Para reducir drásticamente la corrupción y el retraso, los servidores públicos deben estar auténticamente entregados. ¿Es mucho pedir? Ser independientes. ¿Es mucho pedir? Sentir los problemas en la piel, vivir la vida de los pueblos…

En un primer nuevo acto podría aparecer un sistema educativo capaz de formar ciudadanos dispuestos a soplar nubarrones. Dispuestos a inventar la cura. Ah, y un nuevo sistema electoral y de partidos políticos. ¿Es mucho pedir?

Columna de opinión tomada de El periódico
Ver texto original: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/04/11/servidores/